
“Que seamos los pastores que nuestro pueblo tanto necesita”
HOLGUÍN, Cuba.- Al cumplir 30 años de episcopado, el obispo de la Diócesis de Holguín comparte sobre su largo recorrido de servicio y habla de gratitud por lo vivido y por las personas que se han ido cruzando en su camino.
Mons. Emilio Aranguren Echeverría se ha dejado entrevistar y sus palabras, a veces entrecortadas por la emoción, se pueden escuchar en el ‘podcast’ producido por la Oficina de Comunicaciones de la Diócesis de Holguín, que ya circula por las redes sociales junto a un breve mensaje en video en Facebook.
Fue el 23 de junio de 1991 cuando Mons. Fernando Prego Casal, obispo de la Diócesis de Cienfuegos- Santa Clara durante 20 años y ya con frágil salud, impuso las manos sobre la cabeza de quien sería su obispo auxiliar.
El joven obispo tenía en su haber 15 años de sacerdocio desde su ordenación el 1 de febrero de 1976, a los 25 años, y amplia experiencia pastoral como párroco, inicialmente en Cruces, Santa Isabel de las Lajas y San Fernando de Camarones y después en La Pastora, la parroquia había sido bautizado y confirmado y había sido acólito.

También había servido en Sagua la Grande, Cifuentes, Rancho de Guïnes, Rancho Veloz y Corralillo y había llevado adelante en la Diócesis la Reflexión Eclesial Cubana (REC) que precedió al Encuentro Nacional Cubano de 1996 ( ENEC).

Cuando comparte sobre sus raíces reconoce haber vivido la experiencia de muchas familias emigrantes. El nació en Santa Clara, Cuba, el 2 de septiembre de 1950, de padre vascos que había emigrado a Cuba en 1940. El pequeño de cinco hermanos, recuerda que no conoció a primos y familiares hasta la década de los años 70 por lo que “ en nuestra casa, la familia eran los vecinos y los guajiros de la finca que administraba mi papá”.
Los anécdotas de la infancia son expresión de las fuertes raíces cristianas de la familia que salía a pasear unida, cada domingo y rezaba el Rosario al atardecer. Dos tíos, hermanos de su padre, fueron sacerdotes que misionaron en Cuba, a quienes él mismo conoció.

Mons. Aranguren habla de su vocación sacerdotal y de los rasgos de carácter de sus padres que posiblemente le marcan a él. De su ordenación episcopal dice que lo recuerda todo “como si fuese ahora mismo. Eso no se borra”, afirma. Comparte recuerdos, nombra a personas y explica que su anillo episcopal es la alianza de casado de su papá que le entrego su madre en su primera misa como obispo. Su padre ya había fallecido.

Su familia del país vasco le regaló entonces una ‘makila’ o bastón vasco del pastor, porque “la autoridad no es para mandar sino para servir”, explica. “Por eso la conservo en una esquina de la capilla en el obispado”.
Siendo obispo auxiliar de Cienfuegos compartía la vida diaria con Mons Alberto Muller, ya en silla de ruedas y con los sacerdotes Modesto Peña, Francisco Ortiz, (Panchito), Juan Francisco Vega, Segundo Galilea que misionaba en Cuba y el laico Torcuato D´Escoubet. Dice que “fue par mi el mejor postgrado que un cura puede tener”.

Las responsabilidades se fueron sumando: Secretario de la Conferencia de Obispos (COCC), Obispo Titular de Cienfuegos, al crearse la Diócesis de Santa Clara y en 2005 Obispo de la Diócesis de Holguín, continuando por dos años de Administrador de la de Cienfuegos, una época difícil, dice, aunque salió adelante “porque tuve personas que me ayudaron”.
De su servicio durante 14 años como Secretario de la COCC resalta la década desde 1990 al 2000 porque conlleva mucho más que asuntos puntuales. En esos años se crean nuevas diócesis, se nombran nuevos obispos, se lanza el primer Plan Pastoral, se organiza la COCC por departamentos, se crea Caritas Cuba. A través del Secretariado se coordinan muchas acciones de ayuda de Iglesias hermanas, se inicia la publicación de un Calendario Anual, el Devocionario Nacional y el Cantoral. Surgen las publicaciones diocesanas y los Centros de Formación.

De su acción en la Diócesis de Holguín dice que no le corresponde a él hacer valoraciones pero sí comparte que no olvidará haber contado con el apoyo de sus hermanos obispos para que el Papa Francisco visitara Holguín en 2015.
Piensa que es un don para la Diócesis que la la imagen de la Patrona de Cuba fuera encontrada en 1612 en las aguas de la Bahía de Nipe, en territorio diocesano. “ Ella es la Virgen de la Caridad, la Madre del Amor, y ahí hay mucha tela por cortar”.

Durante 26 años Mons. Aranguren ha sido miembro de la Comisión Permanente de la COCC y en noviembre de 2017 fue nombrado su presidente.
“Es un servicio de comunión fraterna”, dice, algo que le exige “tener los pies y el corazón en el presente, mirando el futuro con confianza y con esperanza, con la conciencia de que ya lo estamos construyendo”.

Mons. Aranguren es el obispo cubano con más años de ordenado, pero no el de mayor edad. Y al igual que hace 30 años y siendo el obispo más joven fue acogido por su hermanos obispos “ahora me toca a mi acoger a los nuevos, es ley de vida”. Pide a Dios “sabiduría y los dones del Espíritu para este servicio, no solo como presidente sino como hermano, para que seamos un colegio de hermanos, de pastores”.

Insiste en pedir oraciones, “por mí, por nosotros los obispos y por los sacerdotes. Que seamos los pastores que nuestro pueblo tanto necesita.” ( A.Cantero)
Puedes pinchar el enlace y escuchar toda la entrevista de 37 minutos.