Después de 16 años con religiosos de la orden de San Agustín, esta zona inicia un nueva etapa con dos sacerdotes cubanos, equipos de laicos y las Misioneras de María Evangelizadora.
PUERTO PADRE, Las Tunas.- Poco más de un mes desde la elección del cardenal Robert Francis Prevost, hoy Papa León XVI, el pasado 8 de mayo, perduran los recuerdos de su visita a esta zona al norte de la Provincia de Las Tunas, parte de la Diócesis de Holguín, cuando el actual Papa era Prior General de la Orden de San Agustín.
Los testimonios recogidos por los medios, entonces, todavía circulan en los mensajes de whatsapp o perfiles de Facebook.
Manuel Miguel Ballal comentó para Telesur que sintió una alegría muy grande al saber que “una noche el Papa actual estuvo bajo el techo de mi casa compartiendo conmigo”.
Raul Enrique Pérez Fauria, (Chiqui) conserva en su teléfono el video de su entrevista en la tele. “Fue una experiencia muy bonita escuchar el nombre del cardenal elegido y darte cuenta de que es una persona que has conocido. Fue emocionante” dice.
También Mons. Emilio Aranguren Echeverría salió en varios medios, explicando que fue, el hoy Leon XIV, quien envió a los padres agustinos a la Diócesis en 2008.
DEJARON SU HUELLA
Después de 16 años en la Diócesis, los frailes dejaron Puerto Padre el 13 de octubre de 2024, por falta de personal, pero su huella permanece en las personas y en el templo.
Después del ciclón Ike, en septiembre de 2008, los frailes acompañaron a la comunidad en la reconstrucción del templo que hoy luce mosaicos con escenas de la vida de Jesús creados por Yhosvany Masso, un artista local, bajo la guia de los agustinos. Un cuadro de gran tamaño, obra del mismo artista decora la entrada de la casa parroquial, con una escena inspirada en San Agustín.
El día de su marcha, durante una Misa de acción de gracias, el obispo anunció que quedarían al frente de las tres parroquias de la zona y sus comunidades, dos jóvenes sacerdotes cubanos.
UN CAMBIO DE PROVINCIA
El párroco es el sacerdote Emilio Fernández Pintado, anteriormente párroco den Nuestra Señora de los Dolores en el reparto Vista Alegre, en Holguín. Dice que para él, ha significado cambiar de Provincia. “Hay que adaptarse a una comunidad que llevaba 16 años atendida por una orden religiosa y con misioneros de distintos países,” explica. “Para el pueblo es también un esfuerzo entender nuestra manera de vivir como clero diocesano, que es distinta a la de los religiosos”. Señala que en los últimos meses han regresado personas.
APRENDIENDO A SER CURA
El otro sacerdote es el P. Ermelio Pérez Jorge, ordenado hace un año. Ya atendió la zona, casi dos años, como seminarista y como diácono pero reconoce que “estoy aprendiendo a ser cura ahora. El seminario te da la teología, te da la formación pero es en la concreta con la gente donde uno aprende el ministerio”, comparte
La parroquia cuenta con la ayuda las Misioneras de María Evangelizadora y con un buen número de laicos que atienden las distintas pastorales y llevan a cabo las líneas marcadas por el Plan Pastoral de la Iglesia en Cuba subrayando el encuentro personal con Cristo, la formación, la caridad y la acción misionera. Los sacerdotes han distribuido la atención de la zona que tiene parroquias en dos municipios.
DOS MUNICIPIOS TRES PARROQUIAS
En el Municipio de Puerto Padre, el Templo de San José es comunidad parroquial con otras dos comunidades con templo: en San Manuel que atiende el P. Emilito y el Sagrado Corazón de Jesús en Vázquez, que atiende el P. Ermelio.
En la periferia están las comunidades de Pozo Prieto y Santa Teresa que atiende el P. Ermelio. Maniabón que atiende el P. Emilito, Colonia Blanca que atiende la Hna Luci Mwangi y Parada y Aguada que atiende la Hna. Rosemarie, ambas Misioneras de María Evangelizadora.
Las otras dos parroquias, con templo, las atiende el P. Ermelio: Nuestra Señora de la Merced en Delicias, y San Antonio de Padua, en Chaparra, municipio Jesús Menéndez, que tiene otra comunidad en Guaranai.
San José es una comunidad heterogénea, con personas mayores y también con niños, jóvenes, matrimonios y adultos, explica el párroco. “No es una comunidad envejecida”, afirma.
Dice que eso mismo facilita la pastoral: hay más disposición y mas fuerza para colaborar y eso también un reto a la hora de la formación y de cómo preparar las homilías.
Reconoce que el Papa Francisco y su insistencia en que la Iglesia es “la casa de todos, todos”… y no es un club para los buenos, ha ayudado.“Su lenguaje de miseridordia y perdón ha hecho que la comunidad haya hecho su proceso”.
Pérez Fauria anima el grupo de jóvenes y considera importante acompañarles. Les afecta mucho la situación del país, dice. Considera el mayor reto “seguir misionando para poder ver nuestros templo lleno como solía ser”.
QUE APRENDAN A AMARSE
El sueño del P. Emilito es que “los miembros de la comunidad aprendan amarse, a mirarse y tratarse con compasión”. Piensa que “la Iglesia que hay que reparar es la humana, porque ¿de que me sirve tener un templo bien arreglado si hay una Iglesia humana rota?”
Ordenado sacerdote hace 10 años dice que “he prendido a escuchar y a entender mejor a la persona humana, a amarla como viene. Y lo más importante, amo más mi vocación y a Dios. Cada día me siento mas tranquilo con la serenidad y a certeza de que Dios se ocupa de todo y Dios esta ahí”.
Ante la situación presente en Cuba no “me concibo como sacerdote en otro lugar, porque ¿donde estaba Jesús en su tiempo? Al lado del pobre, del pecador, de la gente que sufría”.
Y afirma que es “plenamente feliz con lo que yo soy. Me puedo morir mañana y darle gracias a Dios por haber sido lo que yo quería en la vida: ser sacerdote”.
DAR RAZÓN DE SU ESPERANZA
El padre Ermelio está convencido de que “el encuentro con Jesucristo cambia la vida” y es lo que quiere para la gente, haciendo mucho hincapié en la formación: “ Que sepan dar razón de su esperanza y de su fe”.
Quisiera que en las comunidades “se trabaje en común-unión y que no estén controladas por dos o tres personas”. Insiste en la catequesis y considera “fundamental que se toquen las campanas, signo de que hay misa, de que la Iglesia sigue viva”.
Joven y lleno de energía quiere transmitir “la alegría del ministerio sacerdotal. Solo Dios sabe lo que yo aprecio haber bautizado a tantos niños, haber realizado siete matrimonios en este tiempo y 16 bautizos de adultos. La gente aprecia que uno esté sonriendo,” dice.
LLEGAN PERSONAS NUEVAS
Va conociendo sus comunidades. Describe Delicias y Chaparra como parroquias de pueblo. “Me encontré una comunidad envejecida y ahora desde el altar veo una diversidad de personas: hay niños en el catecismo, jóvenes que sirven en el altar”. Le gustaría ver más adolescentes.
Observa que están emergiendo personas de 35 a 55 años, “un grupo medio, perdido en la Iglesia, que creció sin Dios y muy pocos que vivieron la visita de Juan Pablo II en 1998”.
En Chapparra hay mucho emigrados, dice, “muy comprometidos con la comunidad, mandan comida adornos de Navidad y se comunican en grupos de whatsapp”.
El P. Ermelio no deja de contar anécdotas de sus comunidades, de como llevan la catequesis y animan la comunidad. Agradece mucho la presencia de las Misioneras de María Evangelizadora., “ellas son un elemento aglutinador”.
El se traslada en una motorina y va rezando por los caminos y pensando en su homilía. Emotivo como él es, dice que todavía le tiemblan las manos “ante la grandeza del misterio”, en la consagración de cada Eucaristía.
HOLGUÍN CATÓLICO
HOLGUÍN CATÓLICO 