ENTENDER LA PARADOJA DE LA CRUZ
Esta solemnidad marca el final del Año litúrgico que dará lugar al inicio del Adviento el próximo domingo

HOLGUÍN, Cuba.-En la solemnidad de Cristo Rey y último domingo del año litúrgico el obispo de la Diócesis de Holguín reflexiona ante la imagen de Jesús Crucificado y el letrero sobre el madero de la cruz: «Este es el rey de los judíos» (Lc 23,38).
Dice que siempre le ha llamado la atención este único cartel y reafirma que sí, que Jesús es rey pero es otro tipo de rey, con otro tipo de reinado.
Desde la cruz, hace notar Mons. Emilio Aranguren Echeverría, ¨Jesús ya no instruye a la multitud con palabras, ni levanta la mano para enseñar. Hace mucho más: en vez de apuntar el dedo señalando a las gentes, extiende los brazos para todos. Así se manifiesta nuestro rey, con los brazos abiertos, extendidos.
Por eso, sólo entrando en su abrazo entendemos que Dios se aventuró hasta ahí, hasta la paradoja de la cruz, justamente para abrazar todo lo que es nuestro, todo lo humano, aun aquello que estaba más lejos de Él: nuestra muerte —Él abrazó nuestra muerte—, nuestro dolor, pobreza, fragilidades y miserias. Él abrazó todo esto. Se hizo servidor para que cada uno de nosotros se sienta hijo¨.

El obispo se fija también en el buen ladrón el único de los participantes en la escena de la muerte de Jesús, que no le insulta o se ríe de Él sino ¨que le invoca, orante, le habla y lo llama por su nombre: ¨Jesús, acuérdate de mí¨.
Para Mons. Emilio: ¨Esta es una hermosa oración. Si cada uno de nosotros la recita todos los días va por buen camino, el camino de la santidad: “Jesús, acuérdate de mí”.
Y explica el obispo que es así como ¨un malhechor se convierte en el primer santo. Se acerca a Jesús por un instante y el Señor lo tiene consigo para siempre¨.

A quienes le escuchan popr las emisoras provinciales de Radio Angulo en Holguín y Radio Angulo en Las Tunas y a muchas más personas que lo hacen por las redes sociales les invita y les dice: ¨Aprende a decirle, como el buen ladrón, “¡acuérdate, Señor!”.
El obispo recomienda practicar la oración de intercesión porque ¨no estamos en el mundo únicamente para salvarnos a nosotros mismos, no, sino para llevar a los hermanos y hermanas al abrazo del Rey.
Interceder, recordarle al Señor, abre las puertas del paraíso. Pero nosotros, cuando rezamos, ¿intercedemos? “Acuérdate Señor, acuérdate de mí, de mi familia, acuérdate de este problema, acuérdate de los que te necesitan, acuérdate de Cuba. ¡Amén!
No dejes de escuchar al obispo en esta reflexión sobre Cristo Rey.
HOLGUÍN CATÓLICO