También se acercan jóvenes que buscan a Dios con seriedad y compromiso

HOLGUÍN, Cuba.-El padre Antonio Marrero Díaz no es un sacerdote itinerante pero desde hace tres años ha estado atendiendio la parroquia de Velasco, y sus comunidades de El Recreo, La Naza, Los Güiros, Uñas, Mayorkin, Arroyo Seco y Guabasiabo.
No es el único que vive así su sacerdocio ya que, dada la escasez de sacerdotes en Cuba, son muchos los que ejercen su ministerio como párrocos de una comunidad con varias comunidades y casas de misión.


‘El padre Marrero vive en la parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, en Velasco y desde esta parroquia se desplaza a las comunidades periódicamente. Al Recreo, la Naza, Los Guiros y Uñas va todos los fines de semana. Un vez al mes, en día de semana se queda y pasa el día completo atendiendo a la gente. También, cada 15 días, visita Mayorkin, Arroyo Seco. A Guabasiabo va una vez al mes.

Toda esta zona es parte del Municipio de Gibara y en la organización de la Diócesis de Holguín es parte de la Vicaría Centro, una de las cuatro vicarías del territorio diocesano. Esta diócesis, en la zona nor-oriental de Cuba es la mayor en extensión de la isla, con 15,000 kms2. Comprende la Provincia de Holguín con 14 municipios y 6 de los municipios de la Provincia de Las Tunas. Es la segunda diócesis en población, después de La Habana, y tiene millón y medio de habitantes.

El territorio perteneció a la Santiago de Cuba hasta ser creada en 1979 con Mons. Hector Luis Peña como su obispo fundador, hoy émerito. Desde noviembre de 2005 es el obispo Mons. Emilio Aranguren Echeverria, quien también acostumbra recorrer la diócesis visitando comunidades, como lo hizo el Domingo de Pascua, llegando a Velasco de madrugada, para encender el fuego nuevo aún de noche. El obispo fue explicando los signos del fuego y el agua y sus referencias al bautismo “ por el que somos injertados en Cristo”.

Con la claridad del día visitó Uñas y un poco más tarde Los Guiros. Celebró la Eucaristía e invitó, en cada comunidad, a no quedarse en el Antiguo Testmento y sus prohibiciones sino a vivir el Evangelio y alimentar la virtud.
“ La Pascua nos ayuda a vivir la vida con otra mirada”, les dijo. La Resurrección no cambia las cosas: los apagones, la falta de transporte… pero la fe nos auyuda a sacar de la reserva del amor de Dios. Renovar nuestro bautismo no es algo social, nos ayuda a vivir”.

Al ir visitando sus comunidades, el padre Marrero las va conociendo. De Velasco dice que se “caracteriza por ser cercana y atenta a los pobres”.
Maria Matilde Rodríguez Alamaguer es profesora de biología y catequista en la parroquia. Prepara para los bautizos y organiza los cantos. Describe una comunidad formada por personas nuevas, otras antíguas y también jóvenes y mayores y dice que su reto “es llevar el Evangelio con mucha fe y trabajo”.

También Osmany Molina ayuda en la liturgia y con la preparación bautismal en la parroquia de Velasco. Es Secretario Docente y dice que “el desánimo en la población” es hoy un reto y también la falta de jóvenes. Lo que él más valora es “la unidad entre los miembros”.

El padre Marrero tiene como prioiridad “que ningún moribundo muera sin recibir los sacramentos”. También prioriza una formación que lleve al encuentro con Jesús y a su seguimiento”. Hoy día, piensa, “urge la formación y el acompañamiento a muchas personas que experimentan la soledad y el abandono”, y considera como “principal reto mantener la esperanza”.
Es duro, dice, “comprobar la perdida de la esperanza de que en Cuba se pueda vivir con dignidad”. Considera que la realidad que se vive “es muy compleja y nos afecta a todos. Hay mucha gente que pasa hambre y muere por falta de medicamentos”.
También tiene sus alegrías, “como ver que aún se acerca jóvenes en busca de Dios con seriedad y compromiso”.
HOLGUÍN CATÓLICO