
Preside el representante del Papa la Eucaristía en La Habana recordando al Papa Francisco y su legado
LA HABANA, Cuba.- Al orar por el Papa Francisco en la Catedral de La Habana, el 24 de abril, el Nuncio Apostólico en Cuba, Arzobispo Antoine Camilleri señaló que su Iglesia y la humanidad entera “nos sentimos un poco huérfanos. Porque Francisco no era solo el “Santo Padre” de los católicos… Era un padre y, por eso, una autoridad moral, para todos, sin distinción o discriminación alguna”.

“El Papa Francisco quería mucho a este país, a la iglesia en Cuba y al pueblo cubano, y se le veía en la cara y en los ojos cuando contaba del viaje apostólico que cumplió en Cuba entre el 19 y 22 de septiembre de 2015” afirmó Mons. Camilleri en su homilía durante la Eucaristía que él presidió. El Arzobispo de La Habana, el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez se encontraba en Roma para “para cumplir con sus deberes en el proceso de elección del nuevo Pastor de la Iglesia Universal”, explicó el Nuncio.

El templo de la catedral habanera se llenó de fieles y contó con la presencia de autoridades del estado encabezadas por el Señor Presidente de la República, Miguel Díaz Canel, lo que el Nuncio agradeció “encarecidamente”, y colegas diplomáticos, representantes de otras comunidades cristianas y confesiones religiosas, personas consagradas y fieles, católicos y no católicos, creyentes y no creyentes,” fue nombrando Mons. Camilleri.

Dijo que así “lo hubiera querido nuestro amado Papa Francisco que, con su enseñanza constante e iluminada, nos instó reconocer a nuestro prójimo, sea quien sea, sea cual sea su fe, su nacionalidad o sus ideas, como hermano, como hermana”.
Refiriéndose al legado del Papa Francisco resaltó “su compromiso con la fraternidad y la justicia social, su compromiso inquebrantable por la paz, el bien común y el entendimiento entre diferentes religiones y culturas, su promoción del respeto y la cooperación con todas las personas de buena voluntad”.

Recordó también su encíclica Laudato si’ en la que el Papa llamó la atención “sobre la urgencia y la necesidad de actuar con tiempo y juntos para preservar nuestra casa común”.
Fue un Papa, dijo, comprometido “con el diálogo ecuménico e interreligioso”, que apostó, por la paz, “incluso en los conflictos olvidados”. Que realizó iniciativas de reconciliación entre naciones y denunció sin reservas las guerras, siendo así “una valiente voz de fraternidad que encontró su máxima expresión en la encíclica Fratelli tutti«.

Y a pesar de todas sus responsabilidades, “y la incomprensión que sufría, hasta dentro de la Iglesia, nunca perdió su sentido del humor que combinaba inteligencia, astucia y elegancia”, dijo.
Mons. Camilleri trabajó cercano al Papa durante seis años y más recientemente conversó con él, el pasado 6 de febrero. “Entre muchas cosas, me dejó con un consejo: “en ninguna circunstancia de la vida perder el sentido del humor”. Porque también el saber reír es un don de Dios por el que hay que rezar y, como solía decir, “un cristiano infeliz, triste, insatisfecho –o, peor todavía, resentido y rencoroso– no es creíble”.

Refiriéndose al amor del Papa Francisco por Cuba dijo que “ guardaba afecto y admiración por este pueblo que, según sus mismas palabras el 20 de septiembre de 2015, “es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas. Es un pueblo que camina, que canta y alaba. Es un pueblo que tiene heridas, como todo pueblo, pero que sabe estar con los brazos abiertos, que marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza”.
Concelebraron la Eucaristía el presidente de la Conferencia de Obispo Cubanos, obispo de Santa Clara, Mon.s Arturo González Amador, el obispo de la Diócesis de Holguín, Mons. Emilio Aranguren Echeverrría y el obispo de Pinar del Río Mons. Juan de Dios Hernández Ruíz.

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HOLGUÍN CATÓLICO