HOY SE VIVE LA CRUZ, SE VIVE EL DOLOR LA ENTREGA DE CADA UNO ES HOY

La procesión el Domingo de Ramos hacia el templo en Bartle

En Bartle y en San Juan Bosco una invitación a aceptar, desde la gracia cristiana y en paciencia misionera, la limitación y dureza del ahora que vive Cuba 

LAS TUNAS, Cuba.-En toda la Diócesis de Holguín, que comprende las provincias de Holguín y Las Tunas, los católicos salieron de sus casas con palmas y ramos para iniciar la Semana Santa participando en una Eucaristía durante la que proclamó la lectura de la pasión de Jesús.

En la zona cercana a la Parroquia de San Juan Bosco, en el reparto de La  Victoria, en la Provincia de Las Tunas, la procesión se inicio a la sombra de unos árboles para después caminar  por la calle Israel Marrero hasta el templo que se fue llenando de fieles .

“La pasión de Jesús es un derroche de bondad de sacrificio por ti y por mi y así ha de ser nuestra vida” les dijo el padre José Luis Velázquez, misionero colombiano que sirve a varias comunidades en esta zona de Tunas sur.

Bendición de las palmas con la comunidad de S. Juan Bosco
Mapa de la zona marca Las Tunas, Bartle y Las Parras

El sacerdote reconoció que “es aquí, en las comunidades pequeñas y sencillas donde la gente se ofrece y se entrega por los demás”. En su homilía subrayó que, ante el ejemplo de Jesús, la entrega de cada uno ha de ser hoy. El sacerdote recordó ‘el hoy ‘ que se lee en tantos pasajes de la Sagrada Escritura, desde el anuncio del nacimiento de Jesús a los pastores.

Inicio de la procesión por la calle Israel Marrero hacia el templo de San Juan Bosco

Y fue repitiendo: “Hoy os ha nacido un salvador”. “Hoy  se ha cumplido”, lo que decía el texto de Isaías leído por Jesús en la Sinagoga de Nazaret. “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”, le dijo a Zaqueo. “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, le dijo al buen ladrón en la cruz. Y siguió insistiendo: “Hoy es que Dios nos salva. Hoy, hay que vivir la fe; hoy, se vive la cruz, se vive el dolor…Hoy, vivo mi entrega a Cristo; Hoy, vivo mi fe en mi comunidad; hoy, puede ser mi última Semana Santa. No hay otra forma de vivir nuestra vida sino llenándola de amor”.

Entrada en el templo de San Juan Bosco

La experiencia del amor de Dios es lo que el P. José Luis quisiera cultivar y dejar como legado en cada comunidad en La que sirve. “Dejar amor… en la luchita de cada día: trabajo, estudio, pobreza, enfermedad, amistad”, subraya.

Durante 13 años el P. José Luis ha permanecido en Cuba como misionero Ad Gentes y dice que permanece, a pesar de las dificultades porque “por gracia de Dios soy sacerdote para el mundo entero, para servir donde la Iglesia me necesite más y para mi es Cuba”.  

La comunidad de San Juan Bosco durante la celebración

Y añade que “estar aquí es gracia y bondad de Dios, para aceptar y acompañar desde la fe y la esperanza”. Cuenta entre sus prioridades como misionero “acompañar al pueblo, humilde y sencillo, que tiene sed de Dios”. 

Desde que llegó en 2012 ha servido en San José de Jobabo, En San Miguel Arcángel en Manatí, en Delicias, en Chaparra y ahora lo hace San Juan Bosco una parroquia fundada en 1956 que “esta bien organizada con consejo parroquial y consejo económico, catequistas para adultos y niños, grupo del adulto mayor, visitadores de enfermos y encargados de la liturgia,” explica el sacerdote.

Saludos a la comunidad en Bartle

Tiene además pastoral penitenciaria, Caritas y un grupo de señoras ‘Madres amigas de Santa Mónica’ cuyo objetivo es orar por sus familias y recibir formación en diferentes aspectos de sus vidas. La parroquia cuenta con las religiosas Missioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta que colaboran en la pastoral.

Bendición de las palmas en Bartle y entrada en el templo

Además la parroquia tiene cinco puntos de misión en: Cerro de Caisimu, Kilómetro Siete, La Caldosa, Petro Casas y una capilla en el poblado de Bartle, lugar  en el que la gente vive de la agricultura, algo de ganado y de ser cuentapropistas, explica el sacerdote

En Bartle también marcharon en procesión con cantos y palmas para iniciar la Semana Santa, hasta la pequeña capilla fundada en 1954 y construída  por una familia  del lugar en gratitud a la curación de un niño gravemente enfermo, después de invocar a la Virgen de la Medalla Milagrosa. Esta capilla tiene un grupo de tres personas que son responsables de su cuidado y de los servicios a la población. Tiene un grupo visitadores de enfermos.

“Aquí todo es bendición”, decía Magdalena al terminar la celebración. Los padres son maravillosos muy cariñosos y familiares, añadía. Lleva unos 20 años en la comunidad y vende los afiches, tarea que le encanta. Se une Teresa y cuenta que acuden los jueves  “venga o no venga el sacerdote”. Muestra orgullo por el número de bautizos que hubo en el pasado y quisiera que se cambiara el horario de vez en cuando a un sábado, “porque hay gente que trabaja”.  

Para el P. José Luis el mayor reto de un misionero en Cuba es “aprender que la misión es ante todo un desafío de amor, que comienza, se fortalece y renueva al ofrecer todos los días en la Misa las luchas y sueños, esperanzas y tristezas de quienes están a nuestro lado”.

Y en estos momentos, dice “también, hay que aprender a aceptar, desde la gracia cristiana y en paciencia misionera, la limitación y dureza del ahora que vive Cuba”. Es un dolor  redentor, dice “y es llamada a una mayor conversión y a una oración llena de esperanza,” para,quitar los obstáculos que dificultan el anuncio de la Buena Nueva y la Alegría del Reino. 

La Diócesis: dos provincias y cuatro vicarías

HOLGUÍN CATÓLICO