Mons. Emilio Aranguren Echeverría en rueda de prensa al iniciarse una campaña de Ayuda a Iglesia Necesitada

HOLGUÍN, Cuba.-La Iglesia en Cuba es una Iglesia viva, unida, y pobre. Es una Iglesia permanece activa, creativa y sobre todo confiada y esperanzada con una espiritualidad propia.

Es también una Iglesia que sufre,  que esta experimentando el deterioros social, que está sufriendo  fuertemente el éxodo de muchos cubanos hacia extranjero, entre ellos también  sacerdotes. Y es también una Iglesia sinodal desde muchos años antes de que el Papa Francisco lo pidiera. 

Todo esto y mucho más lo ha afirmado  el obispo de la Diócesis de Holguín, Mons. Emilio Aranguren Echeverría ante medios de prensa reunidos en Madrid, al iniciarse una campaña de ayuda a la Iglesia en Cuba, organizada por  la organización Ayuda a Iglesia Necesitada.

Durante una conferencia de prensa y a lo largo de más de hora y media, Mons. Aranguren, vía internet desde Holguín y el diácono cubano, residente en Madrid hace 28 años Miguel Ángel Fernández González han hablado de la situación actual de la Iglesia cubana. 

El obispo  de la Diócesis de Holguín es Presidente de la Conferencia de Obispos Cubanos desde 2017.

Su larga intervención tocó temas específicos: La realidad de la Iglesia cubana hoy, los retos prioritarios, las dificultades  y necesidades más urgentes que tiene. También habló del papel de los laicos en las comunidades.

Al final  respondió a pregunta específicas de los medios presentes, sobre las relaciones de la Iglesia  con otros grupos religioso, con el gobierno cubano y sobre el momento actual, que calificó como más difícil de lo que fue el ‘periodo especial’ en los años 1990.

 Sobre la Iglesia cubana
 Explicó que “todo el pueblo de Dios ha ido construyendo en las comunidades una espiritualidad que se apoya en cuatro claves del Reino de los cielos: el valor de lo poco, de lo pequeño, de lo anónimo y lo gradual “. 

Reconoció que se está  experimentando una gran limitación para transportarse a las comunidades y reconoció que se trata de una Iglesia atenta y respetuosa a las expresiones de la religiosidad popular y comprometida en hacer el bien, aunque una iglesia dependiente de las ayudas, porque el pueblo es pobre y no puede generar recursos.

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Los retos más prioritarios

Indicó la importancia del testimonio coherente y de formar a las familias y los jóvenes. Recordó que el Plan Pastoral 2024-2030 tiene como centro ‘al otro’ anunciando a Jesucristo de manera que este anuncio genere una nueva disposición ante la vida.

Resaltó la importancia de la acogida de quienes se acercan: hoy no vale ser creyente centrado en el culto sino ser cristiano y discípulo de Jesús.

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Las necesidades más urgentes

Apoyar a los sacerdotes y a la vida religiosa femenina misionera, en su mayoría extranjeras. Lograr recursos para la evangelización puntual y sistemática. El transporte está en muy mal estado y es muy caro comprar nuevo y todavía hay templos sin reconstruir.

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El papel del laicado y preguntas

“Que sería de nuestra Iglesia sin nuestros laicos”, en su doble dimensión social y comunitaria” , compartió el obispo al ir nombrando su aporte en los ministerios laicales.

Usando la imagen del faro indicó que su luz permanece firme  y con su lucecita va alumbrando. Hay personas que están en momento de altamar y aquella lucecita les orienta  y atrae, y “es así donde nosotros estamos llamados a estar”.

Respondiendo a preguntas indicó que se valora la acción de la Iglesia  y que ya no hay actividades paralelas para impedir la participación de los fieles, aunque queda el residuo de los años 70 y 80 del siglo XX. 

Sobre las relaciones con el Gobierno explicó que hoy día se está dando un aprendizaje de lo que significa vivir en un estado laico partir de los cambios en la Constitución cubana en 1992 que ya no es un estado ateo. Expresó también las dificultades en los pequeños arreglos o en reconstruir templos caídos o importar carros nuevos por su coste. Indicó que la situación actual es peor que la que se conoció como ‘periodo especial’ en los años 90 al caer el bloque soviético y con ello las ayudas que Cuba recibía.

Hoy dia, dijo el obispo no hay una postura opuesta a la expresión de la fe católica. Pero si ocurre que  ante situaciones cuando una persona se manifiesta de manera ‘inapropiada’ sí hay llamada de atención aunque no públicamente. Compartió que la Iglesia ofrece el servicio del ‘consuelo’ a las personas que se acercan.

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