Los jóvenes reciben una Biblia durante la Eucarístia de envío y cierre de la Jornada Nacional de la Juventud

HOLGUÍN, Cuba.- Al concluir la Jornada Nacional de la Juventud en la Diócesis de Holguín el obispo Mons. Emilio Araguren Echeverría les recordó a los jóvenes que “tienen una gran misión en sus hogares, con sus compañeros y amistades, en la relación de la vocación a la que Dios los llame o los esté llamando”.
Delante de la comunidad reunida, que llenaba la S.I. Catedral de San Isidoro, les pidió seguir a Jesús “que camina entre las gentes, que visita, que escucha, que conversa, que saluda, que sonríe, que toca la realidad de las personas, que guarda silencio, que reprende, que enseña y orienta”.

Después de tres días de encuentro, oración , presentaciones y misión, el obispo presidió la Eucaristía de envío junto a varios sacerdotes y en su homilía ofreció una reflexión sobre las lecturas proclamadas, con dos mujeres protagonistas que se acercaron a Jesús, cada una con su problema: la mujer cananea, de tierra pagana, que le grita abiertamente para “contarle toda su verdad” y le pide que sane a su hija y la hemorroisa que le toca el manto a Jesús, esperando su sanación, la experimenta y se escabulle sin llamar la atención, aunque Jesús se da cuenta.
“Sigamos a Jesús que camina entre las gentes, ” pidió el obispo a los jóvenes. Como Jesús “que visita, que escucha, que conversa, que saluda, que sonríe, que toca la realidad de las personas, que guarda silencio, que reprende, que enseña y orienta”.

Recordó el pasaje del Evangelio que se había proclamado y les invitó a “ evitar actitudes de indiferencia como cuando Jesús preguntó quién lo había tocado, y sus discípulos le dieron una evasiva para que siguiera en lo suyo”.
Mons, Aranguren les exhortó a tener sensibilidad para descubrir a “tanta gente que busca tocar el manto de Jesús sin llamar la atención”. Tanta gente que le dice al Señor: “Señor ayúdame, fortaléceme, perdóname, dame tu mano… ¨
Tanta gente “que se acerca y le cuenta a Jesús toda su verdad y experimenta la paz interior que el mundo no puede dar”.

El obispo les dijo que al terminar la celebración recibirían una Biblia. “No es una cortesía, sino que es un tesoro, para que en ella encuentren la razón de su vida, el fundamento del por qué estamos llamados a convertirnos y la invitación a que crean, anuncien y testifiquen con su vida la alegría del Evangelio.”
Les exhortó a que “cuando se las entregue, en el silencio de su corazón juvenil, cada uno responda como María: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc. 1,38) y, a partir de ese sí, que cada uno “se levante de prisa y vaya a donde el Señor te indique.”

Al terminar la Eucaristía hubo reconocimiento para los y las catequistas que durante años han formado a la juventud. Se fueron acercando al presbiterio y recibieron de los jóvenes una rosa roja, mientras todos aplaudían.

Al P. Francisco Expósito ( Paquinín) Rector de la Catedral se le entregó la camiseta blanca de la Jornada Nacional. Todos los presentes volvieron a aplaudir al ser reconocidas Yadira y Ofelia quienes desde el Obispado pasaron los tres días cocinando para todos los jóvenes los desayunos, almuerzos, y comidas que se servían tres veces al día en la Casa de la Divina Misericordia.

Allí un equipo atendía a los jóvenes. “Esto ha sido un compromiso, un amor a la fe y a la juventud”, explicó Conchi quien, con Margarita, Maori y Eddy hicieron esta acogida.
Conchi explicó que “los muchachos se han organizado y ellos sirvieron y fregaron cooperando en todo para que todo haya salido bien”.

El final de la celebración fue una explosión de canciones, baile y también una gran foto de familia que guarda los rostros de los participantes para la posteridad.
Los jóvenes han creado un video con algunos de estos momentos.
También han expresado su gratituden otro video que incluye mensajes finales y palabras deMons. Aranguren
En el canal de la Diócesis de Holguín queda recogida la memoria de estos días junto a muchos otros momentos en el caminar de esta Iglesia local
HOLGUÍN CATÓLICO