Despiden los restos mortales del primer obispo de Guantánamo fallecido en Miami el 10 de mayo de 2023

MIAMI, Florida.- Al despedir sus restos mortales, el obispo emérito de la Diócesis de Guantánamo y su obispo fundador, Mons. Carlos Baladrón Valdés ha sido recordado como hombre de cordial amistad, de gran cercanía fraterna y sencillez de vida, amigo de los jóvenes y buen educador y también alguien en quien el misterio de la cruz se hizo particularmente presente .
Cuatro obispos, 22 sacerdotes, amigos y familiares acudieron a la parroquia de Ntra. Señora de Guadalupe en el Doral, el 15 de mayo, para orar por su eterno descanso y recordar rasgos de su vida al servicio de la Iglesia en Cuba en los tiempo difíciles que afectaron su salud y le llevaron al exilio hasta morir en Miami de un infarto, el 10 de mayo, cuando su salud ya estaba deteriorada.

La Eucaristía de exequias fue presidida por el arzobispo de Santiago de Cuba Mons. Dionisio García Ibañez acompañado por el arzobispo de Camagüey, Mons. Wilfredo Pino Estévez y el obispo emérito de San Agustín Felipe Estévez quien predicó la homilía. Estuvo también presente el obispo emérito de Holguín Mons. Hector Luis Peña Gómez. El día antes, a su paso hacia Puerto Rico para Reunión de obispos del CELAM, Mons. Emilio Aranguren Echeverría oró ante los restos mortales, en la funeraria.

En sus palabras durante la homilía Mons. Estevez recordó el itinerario de Mons. Baladrón desde su ordenación sacerdotal en 1977, su nombramiento como obispo auxiliar de La Habana en 1991 y el anuncio hecho por san Juan Pablo II en su visita a Cuba creando la nueva Diócesis de Guantánamo y nombrándole su primer obispo.
Durante ocho años, apuntó Mons. Estévez “a pesar de pocos recursos, impulsó el crecimiento de los agentes de pastoral, pasando de tres sacerdotes al inicio a 13 , de tres parroquias a 13, creando además más de 30 capillas extendidas a través del territorio para la celebración de la Palabra de Dios y la Catequesis haciendo a la Iglesia presente en lugares remotos”. Junto ello resaltó su impulso “al apostolado del laicado a través de las Convivencias Interdiocesanas, la preparación de las Asambleas Nacionales de Pastoral Juvenil, Encuentros Regionales, Continentales, dando total apoyo a las Jornadas Mundiales de la Juventud”.

El obispo indicó que también el misterio de la cruz se hizo particularmente presente en la vida de Mons. Carlos Baladrón hasta afectar su salud. “El mal espíritu puso frenos y sembró confusión. Manos maléficas le hicieron daño y en Julio de 2006 el Papa Benedicto VI aceptó su renuncia como Obispo de Guantánamo por motivos de salud”.
En el exilio, dijo Mons. Estévez, “Carlos ahondó en el amor de Cristo, la aceptación de su cruz y el importante apostolado de la oración”. Y recordó que “aquí todos nosotros presentes conocimos su testimonio de cordial amistad, de gran cercanía fraterna y sencillez de vida y no pocos fueron guiados espiritualmente gracias a sus dones pastorales”.

Mons Estevez reconoció que “el recuerdo de su entrega pastoral ha quedado para siempre en el corazón de los Guantanameros en Cuba y fuera de Cuba”. Prueba de ello son los testimonios ofrecidos al conocerse su muerte.
Rafael Bertot, fue un joven de Manzanillo en los tiempos del padre Baladrón. Acudió a las exequias para ser agradecido. Proclamó la primera lectura y después compartió un testimonio en audio con HC, en el que reconoce que el hombre que él es hoy se lo debe, en gran parte, al padre Carlos. Le recuerda como una persona responsable y amante de su sacerdocio. “Se tomaba tiempo para educarnos, sabia llegar a la gente se hacía cercano”. Dice que fue “un hombre bueno y doy gracias a Dios por él”.

Mario Esmildo Fayas fue otro joven de Manzanillo que quiso dar testimonio. Lo hizo al terminar la Eucaristía describiendo a Mons. Carlos, “cariñosamente P. Chachi, sonriente, carismático, cariñoso, cercano, sacerdote y amigo ‘campechuelero’ que ha generado vida espléndidamente a la vida interna eclesial, a la particular en el oriente de la isla y a la iglesia cubana toda”.
Destacó su perfil de maestro, consejero, su relación con los jóvenes y su cercanía. “Sabía guiarnos para que entráramos en lo recóndito del corazón.. “ Un hombre bueno, un hombre humilde, un hombre sencillo, un hombre feliz… que se sentía hospedado por Dios. Destacó su ser creyente y su ser de educador.

“Padre Carlos”, dijo, “has vivido para buscar a Dios y ahora con la muerte lo has encontrado”.
Al terminar la Eucaristía el Arzobispo de Camagüey tuvo el responso e incensó el féretro.
Todos se unieron en el canto de Virgen Mambisa antes de salir el cortejo– con fuerte aguacero– hacia el Cementerio de Nuestra Señora de la Merced en donde descansan sus restos en el lugar destinado a los sacerdotes. Descanse en paz. ( A. Cantero con aportes y fotos de Angel Andrés González y José Luis Ramos).
(Puedes descargar aqui la homilía de Mons Estevez, El testimonio de Rafael Bertot en audio, y testimonio de Mario Smildo en pdf)
HOLGUÍN CATÓLICO