TREMENDA Y DIFICIL MISIÓN EL SERVICIO DE RECONCILIAR

Durante la Misa Crismal en Holguín Mons. Aranguren invita a ser discípulos misioneros en el “aquí” y “ahora”

HOLGUÍN, Cuba- En la tradicional Misa Crismal cuando, delante de su obispo y del pueblo congregado, los sacerdotes renuevan las promesas del día de su ordenación, Mons. Emilio Aranguren Echeverría les invitó a  renovar, en la memoria de su corazón, el gesto de la unción de sus manos recordando una canción de todos bien conocida:

“Manos benditas de buen pastor, manos que parten su pan con todos con el amigo, con el traidor. Manos que alzan su copa al mundo, ofrecen vino y en él se dan y día a día la historia vuelve trayendo eterna cena pascual”

La Catedral de San Isidoro, en Holguín, estaba repleta de fieles el jueves 24 de marzo, en anticipación al Jueves Santo. Mons. Aranguren también se dirigió a los católicos venidos de todas las comunidades recordando la oración pronunciada cuando fueron ungidos por el Santo Crisma en el día de su bautismo, “para que entres a formar parte de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo, sacerdote, profeta y rey-servidor”. 

De este modo, el obispo recordó a cada grupo,   su participación, de distinta manera, en el Sacerdocio de Cristo y su misión en el momento presente.

Mons. Aranguren saluda a los fieles ( Fotos FB, Pedro L Hechavarría)

Un momento presente mundial, dijo el obispo, de guerra entre Rusia y Ucrania, de terremotos, de inestabilidad política en algunos países y de movimientos migratorios.

El obispo de Holguín se refirió también al “aquí” y “ahora” de Cuba: “ la inflación y la abismal desproporción entre los salarios y el costo de la vida (productos y servicios); el declive en ámbitos esenciales, como son la educación, salud, transportación,… así como la significativa emigración con sus lógicas consecuencias: envejecimiento de la población, disminución de la generación fértil, ausencia de un alto por ciento de jóvenes y de profesionales, familias distanciadas.. “

El pueblo llena la catedral

Un “aquí” y “ahora” también en la Iglesia cubana “de manera particular, en nuestra Diócesis, de cuya realidad todos nosotros somos parte y, a su vez, parte responsable por la conciencia eclesial que tenemos gracias al don de la fe en Jesucristo que hemos acogido y asumido como vocación”. Una vocación a ser Discípulos misioneros.

 “Esto es “lo nuestro”, afirmó el obispo. “Esta realidad estamos llamados a vivirla desde nuestro ser cristiano, por el hecho de estar bautizados y ungidos con la fuerza del Espíritu Santo”.

Los sacerddotes llenan el presbiterio

Invitó a “no quedarnos pasivos con los brazos cruzados, sino actuar con compromiso y responsabilidad”, sin buscar culpables de la presente situación, porque “ esa no es nuestra misión. Nos corresponde conducirnos por el camino que el Evangelio nos indica”, dijo.

Durante la celebración tuvo lugar la bendición y consagración de los Santos Óleos que se distribuirán a las parroquias y comunidades junto con el cirio pascual. 

En sus palabras, el obispo  se refirió a las lecturas proclamadas “Quien es de Cristo es una criatura nueva; lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado”.  Para Mons Aranguren, “esta es la vivencia, lo que uno vive” y repitió con San Pablo: “Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el servicio de reconciliar”. 

El obispo AuxiliarMarcos Piránora sobre lo Santos Óleos

Califico de “tremenda y difícil invitación “el servicio de reconciliar” y fue explicando que “en un mundo en el que la violencia, el conflicto, la rivalidad y la mentira parecen prevalecer escondidas detrás de muchos, la presencia de los cristianos opone una fuerza contraria que se convierte en testimonio, y esto hacerlo con una actitud humilde, con gestos de bondad y abiertos al diálogo sincero”.

La catedral de San Isidoro durante la Misa Crismal

Señaló que este fue el testimonio “del obispo mártir cuya memoria celebramos: San Oscar Arnulfo Romero a quien asesinaron un día como hoy, 24 de marzo de 1980, cuando estaba celebrando la Santa Misa”.

A este mártir  salvadoreño del siglo XX, a San Isidoro, San Jeronimo y San Antonio María Claret, santos vinculados a la Diócesis, y a la Virgen de la Caridad les pidió que intercedan por “todo nuestro pueblo y, de manera especial, por quienes queremos cumplir en medio de él, la misión que Jesús puso en nuestras manos”. 

Puedes descargar el texto completo de la homilía

HOLGUÍN CATÓLICO