
Los ancianos celebran la Navidad y expresan su gratitud y sus deseos
HOLGUÍN, Cuba.-El mismo día de Nochebuena, 24 de diciembre por la mañana, en la Casa de la Divina Misericordia, en Holguín, celebraron la Navidad con una Eucaristía una breve actividad y un almuerzo.
¨Hoy hicimos la Navidad porque el Nino Jesús ha nacido, dijo el P. Laureano Hernández Sasso, durante años el alma de esta institución católica de la Diócesis de Holguín que atiende a los mayores.
El está ya jubilado pero sigue celebrando la Eucaristía en la Casa y reuniéndose con los ancianos que conoce por su nombre. “A todos aquí les deseo lo mas grande que hay en el mundo: la paz”, les dijo.

Desde temprano, quienes trabajan en la Casa estuvieron ocupadas en la cocina preparando el menú, de congrí, yuca, ensalada y puerco. También un postre con dulce y helado de chocolate.
En la sala tuvo lugar la Eucaristía que presidió el P. Laureano, ofreciendo su reflexión sobre la Palabra de Dios y haciendo preguntas a los presentes, como es su costumbre.

Dinora Ayala repartió a cada uno una lámina con la imagen de la Virgen de la Caridad y el calendario del año a todo color y durante el almuerzo la administradora, Conchita Guillén fue leyendo lo que se conoce como un test de cubanía, con preguntas que iban respondiendo en voz alta.
Les pidió a cada uno que expresaran una oración y ella, por su parte, pidió “una lluvia de bendiciones” .

Joaquinito le pidió a la Virgen de la Caridad salud y fuerza para seguir adelante. Dijo que le gusta ir a la Casa no solo por la calidad en la comida que recibe sino por el compartir.
Ramón, lleva acudiendo más de cinco años y participa en la Misa porque “soy católico gracias a Dios! Carlos, lleva 5 años viniendo a la Casa y lo hace porque “me gusta descansar y conversar con los amigos”.

Esta Institución cuenta con el apoyo de una cocinera: Margarita Morales, a quien le encanta atender a la gente. También cuenta con voluntarios como Yamilet Tamayo Arzuaga que esta vez hizo los dulces para el postre. “Me encanta este lugar desde que lo conocí y quise venir y aportar algo”.
Mirta Franco acudió porque considera que “es la casa de Dios y he encontrado lo que no encontré en otros lugares. El padre Laureano nos ha enseñado a entender la Palabra de Dios”.

Juana Roldan acude porque “aquí encuentro a personas con características que nos atraen por su sencillez y que socialmente están desprotegidas y vengo por el amor que se da aquí y por la cercanía humana”.
Conchita Guillen explicó que para el día de hoy queríamos “que los viejitos comieran juntos y unidos. Que se sintieran arropados y en familia”. Es su deseo que “el Señor nos facilite las cosas para nunca tener que cerrar este espacio y que nos ayude con la comida y con el compartir”.
HOLGUÍN CATÓLICO