
El obispo de Pinar del Río preside la Eucaristía en la Catedral de Holguín y en parroquias y comunidades los católicos se unen al pedido del Papa Francisco
HOLGUÍN, Cuba.- Unidos al Santo Padre y al mundo entero, los católicos holguineros hicieron, el 25 de marzo, la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María como había pedido el Papa Francisco hacer en la Festividad de la Anunciación de María.
“Acoge, oh Madre, nuestra súplica”, repitieron con la oración que unió a los católicos del mundo entero. “Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar”, ivan repitiendo. “Líbramos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear…Obtén para el mundo la paz”.
Muchos fieles se dieron cita en la catedral de San Isidoro de Holguín en donde obispo de Pinar del Río, Mons. Juan de Dios Hernández Ruíz, s.j. presidió una Eucaristía, al encontrarse de paso en la ciudad que le vio nacer.

El obispo holguinero agradeció la oportunidad de celebrar en el templo que recorrió tantas veces como muchacho y fue mencionando nombres de personas conocidas que fueron para él ejemplo de vida y construyeron su fe.
La fe y la promesa salvadora de Dios fue precisamente el tema de su homilía al comentar los textos que se habían proclamado en la festividad de la Virgen que él calificó de una fiesta de Historia de Salvación.
“A Dios nadie le ha visto, es un misterio que solo se penetra por la fe”, dijo el obispo. “A más fe más capacidad de penetrar el misterio. A menos fe, menos capacidad”, afirmó. Y por ello los discípulos le pedían a Jesús: “Aumenta nuestra fe”. De ahí la importancia de alimentar la fe mientras estamos en este mundo, subrayó.
Al hilo de las lecturas de la Palabra de Dios que se habían proclamado fue explicando su contexto y destinatarios y haciendo aplicaciones concretas para los creyentes.
En la lectura del profeta Isaías el rey Acáz pide una señal a Dios en un momento en que el pueblo ha caído en “la trampa de la desesperanza, del pesimismo, del para qué ”, expresiones que el predicador calificó “como frases paganas en donde no se puede encontrar a Dios”.
El profeta le dice a Acáz que hay que esperar y le entrega la promesa: “La virgen concebirá un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios-con-nosotros”.

Para el obispo, “el contenido de la fe es la promesa y lo que mantiene la esperanza es la promesa de Dios”. A modo de ejemplo fue nombrando situaciones de la vida creyente: “Señor se me murió mi hijo , pero Tu eres mi pastor, en Tí confío”. Son las expresiones que aguantan el golpe de la vida, y la vida nos golpea, sí! A modo de resumen reafirmó: “hay que salir de la trampa de la desesperanza y vivir la esperanza de la promesa”.
Sobre el salmo 39 que se había proclamado explicó el obispo que el salmista confronta sus dificultades con su fe en Dios. ”Porque la fe no es una realidad exterior, aunque tiene sus signos. Lo que importa es lo que yo vivo en mi interioridad, y para ello tengo que romper lo que yo veo para ver lo que no veo”, dijo. Por ello los creyentes, “vemos doble: lo que todos ven y lo que no ven”. Lo esencial, reiteró es vivir la interioridad : “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.
En la carta a los Hebreos, también proclamada durante la Misa, el autor se dirige a sacerdotes convertidos al cristianismo y acostumbrados a rituales externos, pasivos pero vacíos. “No puede haber un culto vacío, hay que llenarlo con la vida: Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.
En la Eucaristía, recordó Mons. Hernández Ruíz “No venimos a un rito, sino a hundirnos en el holocausto de Jesús, a romper la temporalidad y meternos en el misterio con la propia existencia, la vida de familia, los problemas… Porque cuando una mujer barre la casa y unge la escoba y el corazón, está orando y si esa realidad la permea con la fe, entra en diálogo con el misterio de Dios”.

Así le ocurrió a María que estaba en esa realidad de la vida y entró en diálogo vital con el ángel que le anuncia que será madre del salvador. Y ella pregunta: ¿Y eso cómo será? “ Y vuelve la promesa, dijo el obispo. “No temas María porque has hallado gracia delante de Dios”.
Para el obispo la existencia siempre reclama la presencia de Dios y la promesa. ”Y es a partir de esa experiencia que los hombres y mujeres tenemos la posibilidad de entrar en el vértigo maravilloso del encuentro con Dios”.
Él está convencido de que “cuando Dios entra en la Historia nos da la posibilidad de romper la temporalidad y meternos en la trascendencia”. En el caso de María, la Anunciación la marca para toda la vida y le permite vivir el Viernes Santo, porque es así como Dio lo ha querido.
“Pocos como somos los creyentes en Cuba, resaltó el obispo, sin embargo nuestra fe nos permite ser siempre lumbreras de Dios, momentos de encuentro con Dios”.

Dijo que hoy hay crisis de testigos porque la fe está alejada de la vida. “Hoy hacen falta testigos donde la gente toque la verdad de Dios, la misericordia de Dios, la justicia de Dios”.
Compartió que en su juventud y en Holguín “muchas personas me lo han regalado y con su testimonio alimentaron mi fe, cuando, siendo niño y adolescente, recorrí estos pasillos de la catedral”.
Otras celebraciones semejantes tuvieron lugar en las parroquias y comunidades de toda la Diócesis en Holguín y en Las Tunas (A.Cantero)
HOLGUÍN CATÓLICO