
Ordenación episcopal en la S.I. Catedral de Holguín con el Nuncio y obispos de Cuba
HOLGUÍN, Cuba.- Ya obispo, y antes de la bendición final de la Misa de ordenación, Mons. Marcos Pirán Gómez compartió aspectos de su espiritualidad, marcados por ‘la oración del abandono’ del Hermano Carlos de Foucauld: ‘Padre me pongo en tus manos’ haz de mí lo que quieras” y una súplica del rito eucarístico que le pide al Señor “entrañas de misericordia ante toda miseria humana”.
Compartió también palabras del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo de hoy en las que el Santo Padre invita a los creyentes a “reconocer cuál es esa palabra, ese mensaje de Jesús que Dios quiere decir al mundo con tu vida”.
Ante los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos presentes y ante todos los que seguían la celebración por la redes sociales expresó que recibía “el don del episcopado, como un llamado a la conversión personal y pastoral, a purificar el corazón, a identificarme más con Jesús el Buen Pastor y así con Él y por Él, dar la vida por mis hermanos”.
Unas 100 personas participaron presencialmente en la Misa de Ordenación. Acudieron casi todos los obispos de Cuba y el Nuncio Apostólico Arz. Giampiero Gloder que transmitió un cariñoso saludo del Papa.

Siguiendo el rito de ordenación Mons. Emilio Aranguren, Obispo de la Diócesis de Holguín, le preguntó al Canciller, P. Francisco Expósito por los documentos de nombramiento y el Nuncio leyó la Bula Papal.
También interrogó al nuevo obispo pidiendo su consentimiento a varias preguntas según la misión encomendada.
Con canciones y oraciones se imploró la presencia del Espíritu Santo y se procedió a la imposición de las manos por parte de Mons. Aranguren, del Nuncio y de los obispos presentes.

Mons. Pirán recibió los símbolos del episcopado: La Palabra de Dios, el anillo, el báculo y la mitra y se unió a los obispos concelebrantes.
En las palabras de la homilía, Mons. Aranguren dirigió un saludo a los presentes y a quienes seguían el acto en directo, por redes sociales. Quienes entraban en la transmisión podían enviar mensajes que aparecían en sus propias pantallas constantemente.

“¡A ustedes, los que están lejos y, a su vez, están aquí, un abrazo fraterno, expresó
Mons. Aranguren agradeció a “los hermanos y hermanas, sobrinos y familiares del P. Marcos ¡gracias!” Recordó que tuvo la oportunidad de visitar a su mamá Verónica, acompañado del P. Miguel Ángel D´Annibale y, “hoy, los dos, junto a Jorge, su difunto padre, desde el cielo nos miran y bendicen”.

Dio gracias por la misión en Holguín de la Diócesis de San Isidro, Argentina y a los obispos que durante 26 años a han mantenido. Se inició cuando era obispo de Holguín Mons. Héctor Luis Peña, que estaba presente en la Misa de Ordenación. Mons. Aranguren Fue reconociendo hitos y personas de la historia de la Diócesis e hizo notar que Mons. Peña”recibió aquí, en este mismo presbiterio, la ordenación episcopal para prestar su servicio como Obispo Auxiliar de Santiago de Cuba hasta que, en la Solemnidad de la Ascensión de 1979, comenzó como Obispo de la entonces nueva Diócesis que está cumpliendo 42 años de erigida.

A modo de catequesis recordó el sentido de la ordenación episcopal según la narración en el Libro de los Hechos delos Apóstoles y como “a través de la ininterrumpida sucesión de los obispos en la tradición viva de la Iglesia, se conservó este ministerio primario y la obra del Salvador continúa y se desarrolla hasta nuestros tiempos”

Al nuevo Obispo le recordó que” has sido elegido de entre los hombres y para los hombres, para servirlos en las cosas que se refieren a Dios. Y mencionó lo que el Papa Francisco, ha expresado: que ha sido ordenado: “No para otras cosas. No para los negocios, no para la mundanidad, no para la política” insistiendo en que que “Episcopado es el nombre de un servicio, no de un honor”.

Le recordó sus dos tareas principales: “la oración y la ofrenda del sacrificio por el pueblo que pastorea,” y “el anuncio de la Palabra, de modo sencillo, para que todos la comprendan y les ayude a ser mejores”.

También con palabras del Papa le hizo cuatro recomendaciones. Le pidió, lo que llamó, cuatro cercanías: Con Dios en la oración. Con los sacerdotes en el presbiterio. Con el Colegio Episcopal. Con los pobres y los que más lo necesitan.

Al finalizar la Misa, Mons. Pirán recibió unos obsequios de la comunidad y recorrió el templo saludando a los fieles presentes. Pero no dejó el presbiterio, sino que durante más de 10 minutos permaneció recibiendo abrazos y sacándose fotos con quienes se acercaban. El coro, dirigido por Marilyn Aldama continuó animando a los presentes con la canción que repite el lema elegido por Mons. Pirán: Quédate con nosotros Señor, que él mismo ha explicado.
Puedes ver aquí el resumen de 7 minutos en video publicado en YouTube
(Fotografías: María Luisa Pérez Gálvez, P. Dayron Hernández, Manuel A.R.Yong y tomas de la transmisión en vivo)
HOLGUÍN CATÓLICO