Ordenación episcopal el sábado 15 de mayo 9:00 am en la S.I. Catedral de San Isidoro
HOLGUÍN, Cuba.- ‘Libre para servir’ son tres palabras que han acompañado al sacerdote Marcos Pirán desde su juventud. Estuvieron presentes a la hora de decidir su vocación al sacerdocio. También cuando inició una nueva andadura de misión en Cuba y, de nuevo, al aceptar el nombramiento del Papa Francisco como obispo.
Después de 21 años de servicio en la Iglesia cubana, este sacerdote argentino, misionero ‘ad gentes’ de la Diócesis de San Isidro, en Argentina, será ordenado Obispo Auxiliar de la Diócesis de Holguín, el sábado 15 de mayo, en la Catedral holguinera de San Isidoro. Le impondrá las manos el obispo de la diócesis, Mons. Emilio Aranguren Echeverría y después los obispos presentes.
Por razones de la Pandemia del Covid19, la asistencia será limitada con casi la totalidad de los obispos de Cuba y el Nuncio y representación de sacerdotes, vida consagrada y laicado. Un total de 100 personas. Todo se inicia a las 9:OO am con un video y mensajes desde Argentina.
Era el día de San José, 19 de marzo cuando el Nuncio del papa en Cuba, el Arzobispo Giampiero Gloder le comunicó al sacerdote la decisión del Santo Padre.

“Fue una sorpresa muy grande. Muy emocionado tomé conciencia de que que comenzaba una nueva etapa al servicio de la Iglesia y de este pueblo querido que me acogió hace 21 años como un hijo más”, transmitió en un mensaje el miso día.
“Jesús me da la oportunidad de aprender,” añadía al compartir noticia por ‘WhatsApp’. Siento mucha paz y alegría de ser libre para servir”.
Por su parte Mons. Aranguren expresó su alegría y calificó a su Auxiliar como “un hombre bueno, de buen corazón, un sacerdote que donde quiera que esté hace presente a Jesucristo”.
SU VOCACIÓN
El más joven de seis hermanos, nació en Buenos Aires Argentina el 7 de marzo de 1961. A eso de los 17 años, en 12 grado, se planteó la vocación sacerdotal, pero dice que tardó unos 3 años en decidir porque ”tenía una idea un poco elevada del sacerdote y me sentía limitado. Pero luego pensé que lo que deseaba es ser libre para servir, leía mucho el Evangelio y veía que Jesús era muy sencillo y cercano,” compartió en una entrevista.
Su familia reaccionó bien y se mostró contenta. Su madre, Verónica, “me preguntó: estás dispuesto a dar la vida, y me impactó su pregunta”. Su padre Jorge estaba ya enfermo “y nunca se enteró de que yo era sacerdote”. Fue una enfermedad larga de años “de donde me viene mi afinidad con los enfermos”. Durante sus años de seminario, al joven le permitían ir a su casa, que estaba cerca, para bañarle todo los días.

El P. Pirán valora lo aprendido en la familia. Tiene ahora 15 sobrinos, ya adultos y 20 sobrinos nietos y subraya que, aunque ninguna familia es perfecta, él recibió “buenos ejemplos, mucho amor, el don de la fe, el sentido de familia y los valores fundamentales para la vida”.
LO VIVIÓ EN SU FAMILIA
Señala que “nunca tuve que preguntarme si había que compartir, o ayudar al pobre, o estudiar y trabajar, o sacrificarse. Simplemente lo viví”.
De su padre enfermo “aprendí cómo de una herida brota un manantial. Y de mi mamá y mis hermanos, aprendí el amor al que sufre y lo que significa una enfermedad larga”. Reconoce que “la familia es un misterio que hay que cuidar y acompañar”.

Fue ordenado el 9 de diciembre de 1988 y durante 12 años sirvió varias comunidades de su Diócesis en la Parroquia del “Perpetuo Socorro”, en Rincón de Milberg y como Párroco de la parroquia de la “Sagrada Familia” y de la cuasiparroquia de San Antonio en Carapachay.
Cuando se inició la colaboración de misión en Cuba, él no pidió unirse; se lo propusieron y aceptó con alegría.
A los misioneros ‘adgentes’ se les envía por tres años, pero el P. Marcos no lo veía así.

“ Si no estoy bien y me adapto mal, para qué quedarme tres años. Haré mal a los demás,” pensaba. “Si al año me adapto, me quedo, y si no, me vuelvo, mucha libertad”. Y se quedó. Y lleva ya 21 años, consciente, por su experiencia en Argentina, de que “tres años era muy poco par conocer y que te conozcan”.
En Holguín, la Parroquia de San José está encomendada a misioneros argentinos en acuerdo con la Diócesis de San Isidro.
MARCADO POR LA VERDAD
El P. Marcos coincidió unos años con el P. Vicente Llanvias quien describe a su hermano sacerdote como “una vida entregada, incansable e inseguible en su ritmo de dormir poco, rezar mucho y visitar muchos enfermos en un solo día”. Señala también su perfil de catequista creativo para armar encuentros, novenarios y la catequesis.
“Quienes hemos convivido con él hemos podido disfrutar de su espiritualidad, rezando juntos” señala. “De su amistad, sus alegrías, sus enojos y terquedades por su carácter fuerte, sobre todo ante lo que considera injusto o falto de equidad”. Y reconoce que “lo he visto volver sobre sus pasos y pedir perdón cuando se ha equivocado”. Dice que su sinceridad es a veces frontal: “uno siempre sabe con quien se está relacionando”.

El P. Jorge Jara, es otro misionero argentino que convivió con él en Holguín coincide que el temperamento del P. Marcos “está marcado por lo correcto y la verdad y es muy directo en decir lo que piensa y en las correcciones”.
En esos años El P. Marcos se incorporó a la parroquia y a la Pastoral de los Presos, visitando la sala de los penados en el hospital. Hasta que le dijeron que no podía hacerlo por ser extranjero. Pidió hacerlo con las familias de los presos y les pareció muy bien. Con el P. Adonis González Betancourt y el Hermanito de Jesús, Humberto Paul Hazard estableció grupos de pastoral penitenciaria en las comunidades de la parroquia.
Pero las cosas se complicaron cuando empezaron a llegar a algunos de los presos de la Primavera Negra de 2003 que tenían familiares en Holguín. Surgieron las tensiones y el sacerdote estuvo a punto de tener que dejar Cuba. Pero intervino el Nuncio, Arz. Luigi Bonazi y en 2005 las autoridades aceptaron que el P. Marcos fuera trasladado a Baracoa, la parroquia de Maisí, en el extremo más oriental de la isla.
MISIONERO EN MAISÍ

Aquello inició una nueva etapa en otra realidad y el P. Marcos considera una “gracia de Dios el adaptarme fácilmente”. Dice que fue un tiempo “de mucha alegría, recorriendo la zona de pueblo en pueblo, en ’jeep’ o en bicicleta. Me llevaba la mochila y dormía cada día en un pueblo”.
El P. Jorge Jara, señala que la experiencia del P. Marcos en la Parroquia de Maisí le hizo salir “del rol hospitalario con enfermos al rol misionero. Le convirtió en sacerdote ambulante y convirtió su caridad pastoral hacia las exigencias del momento en Baracoa, con comunidades muy dispersas, con muchas carencias, ayudado por su capacidad de conectar con la gente”.
Para el P. Marcos fue una etapa enriquecedora por el compartir, escuchar el modo de pensar de la gente y tocar sus sufrimientos y esperanzas.” Considera haber conocido lo “más puro de la cultura cubana, acogedora, hospitalaria, que sin conocerme me abrían su puerta”.

Subraya que tuvo “una comunión muy linda con el equipo de curas italianos, –mis vecinos más cercanos, a 40 km. con quienes mantiene la amistad.
Uno de ellos es el P. Valentino Ferrari, que ya regresó a Roma. Desde allí comenta que quienes “ han tenido la dicha de encontrar al P. Marcos no pueden olvidar su sonrisa y su mirada acogedora, siempre disponible a escuchar las dificultades de los demás y también a buscar las vías para ayudar a resolver los problemas”

Y subraya que “ el P Marcos es un buen sacerdote y por eso estoy seguro de que será un buen obispo. Es un hombre muy humilde y trabajador, verdadero pastor con olor a oveja, entregado totalmente a las necesidades de los demás, sobre todo a los que sufren. Es para mí un verdadero amigo, ha sido mi padre espiritual, un verdadero hermano en el Señor”.
Como misionero ‘ad gentes’ que él fue, afirma que “la Iglesia Católica Cubana conoce muy bien a ese hombre de Dios y el hecho de no ser cubano, no va a ser un problema, sino más bien será algo especial, que ayuda a tener una mirada, como dice el papa Francisco, abierta y universal”.
PÁRROCO DE SAN JOSÉ

De regreso a Holguín en 2012, El P Marcos recupera su misión a los hospitales, junto a la nueva tarea de Párroco de la Iglesia de San José, que es comunidad de comunidades.
Cuando llega la Novena de la Virgen de la Caridad, anima a sus fieles a salir del templo a los barrios y con el lema ´100 casas para la Virgen’ extiende la presencia de la Iglesia. Es por ello que Mervin Aguilera Mastrapa afirma que su párroco es un ejemplo de “sacar la Iglesia de los muros, llevarla puertas afuera y meterla en la sociedad, y esto sin abandono de la contemplación”. Él es médico internista en Holguín y subraya que los trabajadores de la salud se sienten apoyados por su parroquia.
Al P. Marcos le preocupa la situación de las familias, “herida por la emigración y con muchos ancianos que viven solos. Hay que acompañar a las familias mucho más de lo que lo hacemos”, dice.
Dianellis Gerra Trujillo participa del grupo de jóvenes en San José y dice que en el P. Marcos un padre, un hermano, un amigo que siempre te saca una sonrisa en los mas duros momentos”.

Al mismo tiempo el sacerdote constata la fuerte emigración juvenil y las dificultades en “reunirlos, motivarlos y acompañarlos”. Él les dice que “no tengan miedo, que no dejen de amar a su tierra y su cultura y que se sientan parte del pueblo, más allá de las ideologías”. Con palabras del Papa Francisco les anima a “tener ideales, a soñar y a cultivar la amistad con Jesús”.
El lo sabe por experiencia. Quienes han convivido con él conocen su disciplina interior. “Para las 5:30 de la mañana ya se ha levantado y a las 6:00 am ya esta rezando” dice el P. Jara.
AMANTE DEL SILENCIO
Él mismo lo reconoce. Por formación familiar ”he sido muy amante del silencio, es para mi algo fundamental en la vida y por eso madrugo mucho”. Y explica que “la oración es el marco donde uno va procesando todo lo que uno va viviendo. Es un ejercicio que voy haciendo también durante el día. Por eso la bicicleta es también parte de mi espiritualidad”, dice. Es una “espiritualidad marcada por la misión y al final del día voy haciendo un recorrido de personas y acontecimientos.”

Reconoce que su dimensión contemplativa le viene desde la juventud, cuando para discernir su vocación pasó seis meses con los monjes trapenses. Quedó claro que su vocación era para el clero diocesano “con una fuerte dimensión de encuentro gratuito con Dios, muy conectado a la realidad”.
Ahora, seguirá siendo párroco y obispo y sabe que tendrá que” aprender a renunciar y a asumir, con entera disponibilidad a lo que me toque. Lo vivo con mucha alegría,” dice.
Se siente seguro porque “he recorrido la Diócesis por distintos lados, de día y de noche y no sólo los hospitales…Yo busco, busco y miro,” afirma. Y se sorprende de de la falta de conocimiento de la realidad de algunos funcionarios y consagrados.
“No se puede hacer misión desde un escritorio”, señala. “Hay que estar, y si uno está, entra en contacto”.
LA RIQUEZA DE LOS SACERDOTES
“Ha sido una riqueza grande para mí conocer admirables sacerdotes cubanos y diversidad de experiencias de quienes hemos salido de universos diversos y todos cautivados por el mismo Jesús, con este proyecto de Evangelio”, comparte.

“Uno palpa la universalidad y la catolicidad y es una gracia para la vida de esta Iglesia”, añade, consciente de que esto precisa adaptación para quienes llegan y a veces crea cierta inestabilidad cuando se van.
Agradece los mensajes de apoyo recibidos y precisa que “tenemos que acompañarnos más, estar más atentos y cuidar la vida de nuestros hermanos sacerdotes, dando pasos en la propuesta de conversión a la que nos invita Jesús”.
QUEDATE CON NOSOTROS

Desde su nombramiento, al P. Marcos se le puede llamar ‘monseñor’ y puede usar anillo y pectoral. El mismo ha explicado el lema episcopal elegido, del Evangelio de Lucas 24, 28: “Quédate con nosotros, Señor”. Dice que “expresa lo que he intentado vivir desde que me ordenaron sacerdote.

Ahora, justo antes de su ordenación, su deseo para esta nueva etapa es “tratar de acompañar, estar cerca, visitar las comunidades en la vida cotidiana con mentalidad a abierta para aprender”.
Dice que no pide nada, solo que le tengan paciencia y que recen por él para que logre ser “un signo de vida y de esperanza y sobre todo del amor misericordiosos de Jesús, con los que más sufren en nuestro pueblo, y no solamente en la Iglesia”. (A.Cantero)
HOLGUÍN CATÓLICO
Puedes seguir la Misa de ordenación que se transmitira´por facebook en el enlace de la Oficina de Comunicaciones de la Diócesis que parece debajo.