ÚLTIMO ADIÓS AL PADRE AGUSTÍN DOMÍNGUEZ

Recordado cono sacerdote sencillo, servicial y ejemplar para Cuba

HOLGUÍN, Cuba,- Dos obispos, un grupo de sacerdotes,  y algunos fieles y familiares estuvieron presentes en la Misa de exequias del P. Agustín Domínguez Cordero, de 74 años, fallecido el 25 de abril,   que tuvo lugar en la Catedral de San Isidoro a las 10:AM del día 26 de abril.

Presidieron la Eucaristía el obispo emérito Mons. Hector Luis Peña y Mons. Emilio Aranguren, obispo de Holguín, quienes junto al grupo acompañaron el féretro hasta el cementerio.

Una lista interminable  de testimonios ha aparecido en tan sólo las primeras horas en las redes sociales, después de la noticia de su muerte

Mons Hector Luis Peña bendice el féretro con los restos del P. Domínguez ( Fotos Manuel A. Rodríguez Yong)

y en el sitio de Holguín Católico en Facebook https://www.facebook.com/holguincatolico/

 Muchos ofrecen oraciones por su alma y por la familia. Otros escriben  un ¡Descanse en paz!

Algunos comparten recuerdos y elogian su modo de ser y actuar.

“Descanse en paz padre Agustín, sacerdote ejemplar siempre entregado al servicio de Dios a pesar de su enfermedad. Unidos en oración por su eterno descanso”, comenta Amelia García.

El P. Domínguez nació en Holguín el 27 de septiembre de 1946 y se había ordenado sacerdote en el templo de San Isidoro el 26 de agosto de 1971.

“Fue todo un buen ejemplo en el seminario. Lo admiraba por su sencillez de vida, recato y silencio. R.I.P. Agustín, al paraíso te lleven los á geles y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén” añade Rafael Mario Carlo Fonte.

De los años del seminario comparte anécdotas Lorenzo Ferrer que estuvo con él desde 1963.

El cortejo fúnebre en el Cementerio de Holguín

Dice que cando él llegó,  el joven Agustín ya estaba allí. Cuando se tuvo que cerrar el Seminario, por la situación política, recuerda Ferrer los seminaristas fueron enviados a estudiar al extranjero “excepto a Agustín, que por su corta edad tuvo que regresar a su casa”, y después volvió a incorporarse. Era el más joven.

 Le recuerda como “un joven de profunda oraciòn. Tenía un caràcter reservado pero dispuesto siempre a ayudar y cooperar en las tareas màs difíciles”.
Ferrer un recuerda algunos momentos de la vida en el seminario “no teníamos quièn nos chapeara el campo de football-pelota, cuya hierba crecía ràpido con las lluvias orientales. El P.Pelàez pidiò voluntarios para hacerlo.  Agustín fue uno de los primeros en saltar al frente”. 

Mons. Emilio Aranguren y sacerdotes de la Diócesis en la despedida al P. Dominguez en el cementerio

Y una vez en el campo “ casi nadie sabía ni cómo coger un machete ni un garabato, y mucho menos una guadaña que nos ahorraría tiempo”, recuerda Ferrer.  “Agustín se la agenció para, de unos árboles cercanos, hacernos unos garabatos y  con la paciencia y la humildad que lo caracterizaba, logrò que en medio día el grupito chapeara todo el campo!”

En octubre de 1963 Cuba fue azotada por el huracán Flora, justo cuando en el Seminario se iniciaba una semana de retiro ignaciano
Estando en la oración el P.Pelàez “nos tocò el hombro a 5 seminaristas para que salièramos con èl.  Teníamos que mover sacos de cemento y otros utensilios  y todos los objetos que podrían “volar” con los vientos huracanados”.

Ferrer recuerda que Agustín “no perdiò un minuto sin dejar de ayudar contra viento y marea siendo un gran ejemplo para el resto de los seminaristas y sacerdotes”. Subraya la salud y destreza con la que contaba Agustín en ese tiempo. 

Le recordará como un gran hombre de Dios.”Aprendí de su humildad en nuestros años de Seminario en El Cobre. Le llamàbamos con afecto “el guajiro” por sus habilidades en el campo.

Y lo que no olvidará  del guajiro Agustín es “su sonrisa siempre pronta, sencilla y honesta”, agradecido  por haberle  tenido como hermano . Uno màs para el cielo!

Otros comentarios en Face Book reconocen que “era sacerdote muy querido”. Ibelice Lissabet Reyes se dirige a Jesús y le dice: “Buen pastor. Hermoso día escogiste para ir al encuentro  de nuestro padre querido Domingón. Siempre estará en nuestros corazones y sé que dese allá seguirá acompañando a su rebaño”.

Albert y Yuliet Garcés le dicen: “Vuela alto padre Agustín Domínguez, muy querido sacerdote de nuestro pueblo de Fray Benito. Siempre muy noble. Te recordaré siempre. Me enseñaste el catecismo y todo lo que sé de la Iglesia Católica!

El P. Domínguez en Diciembre 2020

Tania María López Sintes, también de Fray Benito guarda “recuerdos maravillosos que nos dejas. Donde quiera que estabas eras una bendición”.

Ernesto Estupiñan lo recuerda como “ejemplo de un sacerdote en Cuba. Durante su paso por la parroquia de San José , en Potrerillo me rescató del abismo de la perdición, me enseñó lo que era la Iglesia católica y me hizo regresar al camino de la vida, junto a Jesucristo.”

Y da gracias porque el P. Dominguez fue “padre de verdad para mí. La iglesia pierde uno de sus mejores discípulos”.  ( A.CANTERO)

HOLGUÍN CATÓLICO