MONS. JUAN DE DIOS YA EN SU NUEVA DIÓCESIS

Juan de Dios0Cultivará tres amores: a Jesús y su Madre la Iglesia y el pueblo

PINAR EL RÍO, Cuba.- Al tomar posesión de la Diócesis el nuevo obispo de Pinar del Río, Cuba, pidió a los fieles repetir con él la exclamación ¡Alabao! distintiva de la zona y sus raíces cristianas y con ello se ganó un fuerte aplauso de quienes llenaban la Catedral el 13 de julio, venidos de 26 parroquias de la Diócesis y de toda Cuba.

Monseñor Juan de Dios Hernández Ruíz se presentó como “pecador salvado y redimido por la misericordia y la ternura de Dios, desconocido para la mayoría, pero enviado por el Papa”. Les habló de Jesucristo, recordando la pregunta del mismo Jesús a sus apóstoles: ¿Quien decís que soy yo? y buscando la respuesta junto a quienes le han sido encomendados y con quien cultivará el amor a Jesús y su Madre, el amor a la Iglesia y el amor al pueblo.

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Mons. Juan de dios Hernández Ruíz en la toma de posesión de la Diócesis ( DVH)

En sus palabras expreso gratitud por los obispos que le precedieron en la Diócesis. “Gracias Mons. Siro por tu amor silencioso y contemplativo que nos sigues entregando para tener vida en Él”, dijo dirigiéndose a su predecesor Mons José Siro González Bacallao que le escuchaba desde su silla de ruedas. También expresó su gratitud por el Cardenal Jaime Ortega, enfermo terminal, “que vives hoy abrazado al Crucificado y que diste tus primeros años de ministerio episcopal en esta tierra…”

Habían acudido a la toma de posesión todos los obispos de Cuba, también los obispos eméritos: su antecesor Mons. José Enrique Serpa Pérez de Pinar del Río y Mons. Héctor Luis Peña, de Holguín, en donde creció Mons. Juan de Dios. Del exterior asistieron el arzobispo de Miami Mons. Thomas Wenski y el obispo auxiliar de Brooklyn Mons. Octavio Cisneros.

Estaba presente todo el clero diocesano, unos 20 sacerdotes de otras diócesis y representantes de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y otros funcionarios del Comité Provincial del PCC y del Comité Provincial del PCC.

En su homilía, Mons. Juan de Dios expresó su obediencia al Papa y su deseo de ofrecer a Jesucristo “Señor de la historia! Es lo mejor que puedo darles porque es lo mejor que tengo, Jesús, la única y mayor riqueza que tiene la Iglesia, el don más preciado, la perla escondida de su Reino, la belleza de Dios. Jesús, el único suficiente”.

Y aludiendo a las palabras de Jesús ¿Quién dicen que soy yo?” volvió a hacer la pregunta, “para que la respondamos juntos”.

Indicó que, más de veinte siglos después la historia sigue girando en torno a aquel hombre y se siguen escribiendo cada año volúmenes sobre su persona y su doctrina. Su historia ha servido como inspiración para, al menos, la mitad de todo el arte que ha producido el mundo desde que él vino a la tierra. Y, cada año, decena de miles de hombres y mujeres dejan todo -su familia, sus costumbres, tal vez hasta su patria- para seguirle enteramente, como aquellos doce primeros discípulos.

“¿Quién, quién es este hombre por quien tantos han muerto, a quien tantos han amado hasta la locura?” preguntó. “¿Quién es, pues, este personaje que parece llamar a la entrega total, este personaje que cruza de medio a medio la historia como una espada ardiente y cuyo nombre produce frutos de amor y de locura?”

Y quien no ha respondido a la pregunta de Jesús, ¿Quien dicen que soy yo, “no ha comenzado a vivir”, señaló el Obispo.

“Conocerle no es una curiosidad”, subrayó. “Es mucho más que un fenómeno de la cultura. Es algo que pone en juego nuestra existencia, porque con Jesús no ocurre como con otros personajes de la historia”. Afirmó que Jesús exige respuestas absolutas. “Él asegura que, creyendo en Él el hombre salva su vida e, ignorándole, la pierde. Este hombre -Dios- se presenta como el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Por tanto -si esto es verdad- nuestro camino, nuestra vida, cambia según sea la respuesta a la pregunta sobre su persona”.

Se presentó ante los pinareños como alguien que llega para descubrir a Jesucristo, “a que juntos lo conozcamos mejor, lo amemos e imitemos”.

Se comprometió a “hacer crecer en mí y en mis sacerdotes los tres grandes amores para evangelizar a Cuba: uno, el amor a Jesús; dos: el amor a su Iglesia; tres, el amor a este pueblo que siempre hemos acompañado”.

Apostó por ”nutrirme y trabajar con el carisma de la Vida Consagrada y a poner sus dones en función del Reino, para que nuestro vivir sea Cristo y el morir una ganancia”.

Quiere “ayudar a moldear en cada seminarista la figura de Cristo, sumo y eterno sacerdote, con el ardor y pasión por el anuncio del Reino”, y ayudar “a que los matrimonios vivan su unión, como Cristo con su Iglesia”.

Es su deseo que “nuestros jóvenes abracen el ideal de Cristo, de su entrega al Padre, como la mayor Esperanza que pueden brindarle a nuestra Patria, para la que nuestro venerable Padre Félix Varela pidiera la virtud”.

En suma dijo llegar para “que todos lo encontremos a Él como el rostro más auténtico de Dios: Jesús, Aquel que en carne y sangre, de forma visible e histórica, trajo a la tierra el esplendor de la gloria de Dios”.

Mons. Juan de Dios Hernández, es el octavo Obispo de Pinar del Río, fue ordenado Obispo el 14 de enero de 2006, y ha servido como Obispo Auxiliar de La Habana y Secretario General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC)  cuyo sitio Web se ha hecho eco de esta celebración y ha publicado el texto de la homilía

HOLGUÍN CATÓLICO

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