El hecho religioso ha dado lugar a una tradición cultural
HOLGUÍN, Cuba.- Al amanecer del 3 de mayo muchas personas caminaron hacia la Loma de la Cruz que corona la ciudad de Holguín para la peregrinación que recuerda una antigua tradición. Con cantos y rezos subieron los 458 escalones y una vez arriba guardaron silencio, hicieron peticiones y recibieron la bendición del sacerdote P. Marcos Pirán.
Momentos antes, al pie de la Loma, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía en la que participaron unas 50 personas. En sus palabras el sacerdote recordó a “quienes hoy pasan por situación de cruz sin conocer al Dios que murió en una cruz por salvarnos”. Al mismo tiempo pidió a los presentes renovar su compromiso misionero.
En muchos otros lugares de la Provincia: en Moa, Cañete, Gibara, Uñas, San Andrés y Floro Pérez es también tradición realizar peregrinaciones penitenciales y preparar una caja con piedras de diferentes tipos y los peregrinos-penitentes llevan su piedra y todas se depositan como ofrenda y símbolo de dejar sus pecados al pie de la Santa Cruz.

En Holguín y en los demás lugares, una vez en la cima todos rezaron la oración pronunciada por el Papa Francisco el día de Viernes Santo que invitaba a ver en la Cruz de Jesús todas las cruces del mundo. También cantaron los versos de José Martí convertidos en canción por el sacerdote músico P. Jorge Catasús: En la cruz murió un hombre un día, hay que aprender a morir todos los días en la cruz con Jesús.

La tradición de peregrinar a la Loma en Holguín data de 1790, cuando, portando una rústica cruz de madera sobre los hombros, el fraile franciscano Antonio Alegría subió el Cerro de Bayado, que así se llamaba la loma entonces, en donde plantó la cruz, gesto que ha cambiado el nombre al cerro.

Este mismo gesto fue realizado por la comunidad de Floro Pérez que en compañía del obispo, Mons. Emilio Aranguren Echeverría caminaron a una pequeña loma hacia la zona de San Marcos coronada por una cruz de madera. Allí oraron y realizaron un sencillo rito penitencial.
En San Andrés, después de la Misa de 7 el P. Frank Lugones bendijo a quienes caminaron a la loma detrás del cementerio. En el camino recogieron cada uno su piedra que luego dejaron al pie de la cruz y oraron por el pueblo. Es una tradición que desde años promueve Denia Bonet y en la que participaron los niños del programa Aprendiendo a Crecer.

Cuenta la tradición que con las peregrinaciones del 3 de mayo, en muchas casas se hacía la apertura de los Altares de Cruz, sobre una gradería en un ángulo de la sala y se decoraba con flores, joyas y rosarios.

Esta costumbre se fue perdiendo hasta que en 1993 el Grupo de Mujeres de La Catedral de San Isidoro de La Ciudad de Holguín, volvió a celebrar esta tradición en uno de los atrios del templo, en el contexto de las Romerías de Mayo.

Con las Romerías, el hecho religioso se ha convertido en el mayor evento del Arte Joven en el país, y con carácter internacional, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz en el que se presenta una muestra de lo más representativo de la cultura nacional e internacional.
HOLGUÍN CATÓLICO