Después de 30 años creando comunidades
MOA, Cuba.- Durante tres décadas se fueron formando comunidades católicas en la zona de Moa, las más oriental de la Diócesis de Holguín.
Ahora, el pasado 25 de abril, ante la presencia de Agentes Pastorales venidos desde la Provincia de Las Tunas y demás vicarías diocesanas, se colocó la primera piedra de lo que será el primer templo católico de Moa, soñado durante años por el obispo emérito Héctor Luis Peña.
Fue él quien, en 1998, le pidió al papa San Juan Pablo II que bendijera la primera piedra del templo que él soñaba. La foto conserva el momento para la historia y en ella aparece Mons. Peña, junto al Santo Padre, y el entonces Arz. De Santiago de Cuba, Pedro Meurice Estiú.
Una réplica de aquella piedra ha sido enterrada en el lugar que ocupará el presbiterio del nuevo templo. La cargaron los sacerdotes del Verbo Divino, P. Mark Ostreycharz y P. Héctor Arrúa que atienden pastoralmente la parroquia de Moa y sus comunidades.

Sin tener templo, las comunidades se habían ido formando y más recientemente la parroquia fue erigida el 25 de enero de 2016 por decreto Episcopal de Mons. Emilio Aranguren Echeverría, después de que una Resolución Ministerial autorizara la microlocalización de un área de terreno para construir el templo.
El rito de colocación de la primera piedra se realizó en ese mismo lugar, unido a la celebración de una Eucaristía presidida por los dos obispos y concelebrada por sacerdotes de la Diócesis.
A pleno sol y protegidos por varias carpas, los fieles cantaron y rezaron. Terminado el acto, allí mismo compartieron bocaditos y refrescos y los agentes pastorales venidos de toda la diócesis caminaron hasta el lugar que sirve como la capilla de la parroquia, San Pablo Apóstol, para seguir la fiesta antes del viaje de regreso de más de cuatro horas a Holguín y unas seis a Las Tunas.

Durante su homilía Mons. Aranguren había recordado que la celebración ha sido posible gracias a muchos años de evangelización de la zona. En su homilía señaló que desde el segundo viaje de Cristobal Colón en 1498 “ por estas tierras y serranías ya andaban “los pies de los mensajeros que traen buenas nuevas, anuncian la paz y la salvación” .

Uno de estos mensajeros es el fraile Jerónimo Ramón Pané quien viajó con el almirante Colón, entonces, y es el autor de la primera recopilación etnográfica realizada en el Nuevo Mundo. En su Relación sobre las antigüedades de los indios explica que “en la lengua que hablaban estos primitivos habitantes (los aruacos o taínos) el sonido M se traduce como agua y OA es el sufijo de localización” por lo que Moa significa en lengua Aruaca: “Agua aquí”.

Más recientemente, explicó Mons. Aranguren, otros misioneros ha seguido evangelizando en la zona. Fue nombrando las misiones parroquiales de los Padres Paúles residentes en Baracoa que bautizaban en Punta Gorda en un salón de fiestas que estaba allí ubicado.

Recordó que fue Mons. Peña Gómez quien impulsó al P. Germán Rodríguez SVD a visitar Moa viajando desde Sagua de Tánamo. Y en Moa fue acogido por familias católicas venidas de Guantánamo para trabajar en la industria del níquel, dando lugar a la comunidad que tiene como santo protector a San Pablo Apóstol.
En 1988, se inició la Sociedad del Verbo Divino de los Padres Verbitas que abarca los municipios de Mayarí, Frank País, Sagua de Tánamo y Moa con más de 220,000 habitantes.
¡Todos somos parte de la historia… de esta historia!” dijo Mons. Aranguren refiriéndose a los presentes, los nacidos y crecidos en esta tierra y los misioneros “que hacen con nosotros el mismo camino”.

Fue agradeciendo a grupos y personas: los Padres Paules, los Padres Verbitas, a Mons. Peña, a la familia de Carlos Bru y Marta López que abrieron su casa a la comunidad, a las comunidades de Punta Gorda, arriba y abajo, Cañete, Cupey y Yamanigüey que se han ido uniendo a Moa, a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl “que aceptaron establecer una comunidad entre nosotros” y a las autoridades del país ”que comprendieron la necesidad de corresponder a la solicitud de la Iglesia Católica y otorgaron esta área para hoy colocar en ella la primera piedra del futuro templo parroquial”.

Recordó que “hemos transitado con la misma perspectiva apostólica y misionera de San Pablo: primero, fundar comunidades; después, valoramos la necesidad de un templo”, para que sea un signo en medio de nuestro pueblo.
Indicó que la piedra bendecida que ha sido enterrada, a modo de cimiento, es signo de la “piedra angular” que es Cristo. “Y el mismo Cristo, hoy, al igual que como escuchamos en la lectura de los Hechos de los Apóstoles, muchas veces es rechazado, pero Él siempre permanece, está aquí, con nosotros”.
Puedes descargar aquí la Homilía de Mons. Aranguren en Moa
HOLGUÍN CATÓLICO