Mensaje radial de Viernes Santo de Mons. Aranguren, Obispo de Holguín-Las Tunas
HOLGUÍN,Cuba.- En su mensaje radial con motivo de la celebración del Viernes Santo el Obispo de la Diócesis de Holguín (Las Tunas) cita palabras del Papa Francisco y hace un llamado a “acompañar con fe a nuestro Salvador en su camino y tener siempre presente la gran enseñanza de su Pasión como modelo de vida y de victoria contra el espíritu del mal”.
En sus palabras transmitidas por la emisora provincial Radio Angulo en Holguín o Radio Victoria en Tunas, recuerda que en todas las comunidades de la Diócesis se inició la Semana Santa con la bendición y procesión de los Ramos, como manera de recordar y actualizar las aclamaciones con las que -hace más de 20 siglos- recibieron a Jesús a su entrada en Jerusalén” y también su pasión. En la misma celebración, dice el Obispo “estuvieron las aclamaciones y, junto a ellas, la humillación experimentada por Jesús: los gritos de fiesta y, a su vez, el ensañamiento feroz”.

El Obispo se refiere al mensaje del Papa en la Basílica de San Pedro en el que el Pontífice explica que “ este doble misterio acompaña cada año la entrada en la Semana Santa, en los dos momentos característicos de esta celebración”.
Jesús entró en Jerusalén montado en un borrico aceptando ser reconocido como Rey y Mesías pero sin dejarse llevar por el triunfalismo, y “permaneciendo fiel a su camino, el camino de la humildad y de la disposición de servir a cuantos lo necesiten”, recuerda Mons. Aranguren.
“Jesús nos enseña que el verdadero triunfo conlleva despojarse, vaciarse de sí mismo, callar, servir, rezar, humillarse, tener capacidad de inclinarse ante el otro”.
Es la misma actitud vivida por la primera discípula de Jesús, su madre, dice el Obispo. En el monte Calvario, “Jesús -el hijo- y María -la madre-, supieron callar” y esto “es para nosotros una hermosa enseñanza: saber guardar silencio”.
La actitud de Jesús, señala Mons. Aranguren “deja en nosotros una enseñanza para que, en los momentos de oscuridad y de gran tribulación, sepamos saber callar, tener el valor de callar, siempre que sea un callar manso y no rencoroso.” Se trata, dice “de la hora de Dios. Es el momento para guardar el silencio de la oración y de la ofrenda, de la confianza y de la esperanza, tal como lo hizo Jesús y como lo hizo María.
Son muchas las personas que han acudido a sus comunidades en pasado Domingo de Ramos para levantar en alto sus ramitos de guano y aclamar al Mesías. Días después acudieron para celebrar el Jueves Santo, participar en la Misa de la Cena del Señor, agradecer la institución de la Eucaristía y orar por sus sacerdotes.

En los templos, muchos voluntarios ayudaron a preparar el ‘monumento’ en donde se colocaría la Eucaristía para la adoración nocturna. Y durante la Eucaristía se realizaron gestos solidarios, aportando ropa y medicinas y llevaron algo de pan que, una vez bendecido ,compartirían con familiares o enfermos postrados.
En la capilla del Obispado alguien colocó varios símbolos de Jueves Santo: un cáliz, la patena, la estola y el callado del Buen Pastor. Y sobre un libro del sacerdote diocesano, hoy San Pedro Poveda, había un papelito con los nombres de todos los sacerdotes de la Diócesis. Todo ello a los pies del sagrario y de la imagen de la Virgen de la Caridad.
En su mensaje de Viernes Santo Mons. Aranguren ha recordado una tradición que se realiza “en muchas comunidades cristianas, durante la mañana del Sábado Santo, cuando los fieles se reúnen para acompañar a María en su soledad, en el silencio de la Madre que, por una parte experimenta la ausencia del hijo y, juntamente, la fe en Él le permite guardar encendida la llama de la Esperanza”.

Es lo que hicieron muchas personas cubanas en los momentos duros de la reciente historia. Por ello, en su mensaje, el Obispo da gracias por el testimonio del “obispo emérito Mons. Héctor Luis Peña Gómez, por los sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, y tantos y tantos laicos que, a lo largo de los 40 años que cumplimos como Iglesia Diocesana, con devoción, esmero y sacrificio han celebrado los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en nuestros templos y casas de misión” para que muchos niños de ayer y hombres y mujeres de hoy se enriquezcan con la vida en abundancia de Jesús.
Con su bendición, el Obispo invita a hacer vida la frase de José Martí “aprender a morir todos los días en la Cruz con Jesús”, y anima a los fieles a participar en el Via Crucis de las 5:00 pm en la Plaza Cultural de Las Tunas y en las procesiones de las comunidades, incluida la que se celebra a las 7 de la noche por las calles de la ciudad de Holguín, en la espera confiada y esperanzada del alba de la Resurrección.
Puedes descargar aquí el texto de la Alocución radial de Viernes Santo 2019
HOLGUÍN CATÓLICO