En la fiesta de la Epifanía: gratitud a quienes ‘construyeron’ la Diócesis de Holguín
HOLGUÍN, Cuba.- En el día de la Epifanía, los católicos holguineros fueron invitados a pedirles a los 3 Reyes de Oriente un favor, y no un regalo. “El favor consiste en que nos enseñen a mirar al cielo como ellos lo hicieron”, indicó el Obispo de Holguín ante centenares de fieles reunidos en la Catedral.
“Para ver las estrellas hay que mirar al cielo”, les dijo Mons. Emilio Aranguren Echeverría refiriéndose a las lecturas proclamadas. Y presentó a los protagonistas de la Navidad: José y María, los pastores y los magos, Simeón y Ana, como personas abiertas, acogedoras, que miraban hacia lo alto.
A quienes le escuchaban, les invitó a considerar: “si somos de los que miramos al cielo y nos abrimos para ir y acoger a todos, o, por el contrario, si solo confiamos y nos sentimos bien en “lo mío”, en “lo nuestro”, “en lo de mi grupo”.
Las palabras del Obispo se había iniciado refiriéndose a detalles de la Catedral, relacionados con la historia de la Diócesis, que en 2019 vive un año de gratitud por el 40 aniversario de su fundación.

Mons. Aranguren se refirió al escudo del Papa Juan Pablo II, en el atrio izquierdo del Templo y a la escultura del Pontífice, que data de 2005, en el atrio derecho. Fue este Papa quien en 1979 erigió la Diócesis, segregando su territorio de la antigua Arquidiócesis de Santiago de Cuba y elevando el templo parroquial de San Isidoro a rango de Catedral . Recordó al obispo fundador, Mons. Héctor Luis Peña Gómez quien, hasta esa fecha, era Obispo Auxiliar de Santiago de Cuba. Fue junto a esa escultura que el Papa Francisco, durante su visita a Holguín hace tres años, y en su recorrido de la Plaza al Obispado, hizo una parada para venerar a su predecesor y, junto a su imagen, saludar a los enfermos, ancianos y niños de brazos que estaban allí agrupados.

Mons Aranguren también mencionó otro signo grabado en el piso del atrio derecho del templo. Se trata del escudo episcopal de Mons. Peña que tiene como lema: “¡Cuam incompresibilia Dei!”, (¡Qué insondables son tus caminos, Señor! ) palabras de San Pablo en su carta a los Romanos (11,33). Al texto, Mons. Peña, le añadió el signo de la estrella con su arco luminoso, ya que fue el día de la fiesta de la Epifanía del Señor cuando él recibió el anuncio de su nombramiento como Obispo Auxiliar de Santiago de Cuba, en el año 1970.
Además, Mons. Aranguren se refirió a otros aspectos renovados de la Catedral: la colocación de los nichos con las imágenes de San José y de la Virgen Inmaculada en los dos laterales en el interior del templo.
Y explicó que la colocación de la imagen de la Inmaculada coincide con la llegada a la Diócesis dos Hermanos Maristas y un matrimonio misionero. Esta imagen, dijo es la que estuvo en la Capilla del Colegio Marista de Holguín, después nacionalizado. Es la imagen que los antiguos alumnos de las comunidad de San Marcelino Champagnat llaman: la “Buena Madre”.
Por ello Mons. Aranguren se atrevió a pensar los Antiguos Alumnos maristas de la ciudad acudirán ante la imagen “y en el silencio de su corazón, recordando su infancia o juventud, repetirán lo que tantas veces cantamos: “Cuántas veces siendo niño te recé,… hoy he vuelto, Madre, a recordar cuántas cosas dije ante tu altar y al rezarte puedo comprender que una Madre no se cansa de esperar”.

Para Mons. Aranguren “todos estos datos, acontecimientos, anécdotas y signos forman parte del ramillete de nuestro Año de Gratitud”. Insistió en que se trata de agradecer “no tanto lo realizado por nosotros, sino en lo hecho por Dios en nosotros”.
Él mismo agradeció la vida de quienes construyeron la Diócesis y fue nombrando a sacerdotes y laicos de la primera hora allí presentes, y otros que “han emigrado o nos miran desde el cielo”.

“¡Somos eslabones de una cadena que, aunque pasen los años, las décadas, los siglos e, incluso, los milenios, miramos a lo alto,” dijo el Obispo, porque con “la experiencia de un encuentro extraordinario, se regresa a lo cotidiano, al afán de cada día pero se regresa con otra disposición, con otro espíritu, con otra mirada. Así lo hicieron los pastores y los magos y, de esa misma forma, estamos llamados a hacerlo nosotros”.
Con esta mirada hacia el futuro, Mons. Aranguren invitó a los jóvenes que representarán a la Diócesis en la JMJ en Panamé, a subir junto al altar para realizar el envío delante de toda la comunidad.
(Texto y fotos A. CANTERO)
Puedes descargar aquí el texto completo de la homiliía de la epifanía
HOLGUÍN CATÓLICO