Mons. Juan de Dios Hernández Ruíz de visita en Holguín, celebra en la Catedral
HOLGUÍN, Cuba.- Llegó de visita a la ciudad que le vio nacer y en la Catedral de San Isidoro recibió aplausos y muchos abrazos. A su vez, el hoy obispo auxiliar de la Habana, Mons. Juan de Dios Hernández Ruíz, tuvo palabras retadoras para los católicos que le escuchaban, animándoles a hacer memoria, ser puente, a entregarse a la dinámica de Dios y a no confundir cantidad con plenitud.
El Obispo presidió la Eucaristía dominical el 11 de noviembre, con un templo lleno de fieles y en su saludo compartió lo que para él significaba estar allí.
“En este templo se casaron mis padres por la Iglesia”, dijo al recordar su propio bautismo, sus carreras de niño por los pasillos de la catedral, la catequesis y sus años de adolescente y también la llamada de Dios.
“Cada lugar de este templo me dice algo, porque ha habido un hecho”, compartió, invitándoles a hacer memoria de los hechos de Dios en sus vidas.
“Soy el fruto de todo lo que Dios ha hecho conmigo” explicó. “Aquí le pongo nombre a los acontecimientos de mi vida que forman parte de mi fe… La fe no es sólo conceptos”, dijo, exhortándoles a permitir “a Dios obrar en sus vidas” para tener “una memoria inolvidable”.

Después de este compartir personal, el Obispo comentó las lecturas del domingo. Sobre la segunda lectura, Cristo sacerdote que se ofrece una sola vez, recordó la pila bautismal de la Catedral, que él había besado al entrar, porque el Bautismo es el sacramento más importante sobre el que se van depositando las demás vocaciones. Por el bautismo, dijo, “todos somos sacerdotes”, lo que significa ser ‘puente’ para que Dios transite desde nosotros hacia los demás.

Y puesto que la primera lectura hablaba del profeta Elias, recordó que también por el bautismo todos somos profetas. El profeta, dijo, conoce la vida del pueblo, sus esperanzas, sus luchas. Y también conoce a Dios y puede hablarle a Dios de las necesidades del pueblo.
El profeta invita a no dejarse llevar por la dinámica mundana del derrotismo y del pesimismo, sino a entregarse a la dinámica de Dios, a fiarse de Él, como hizo con la viuda que le acogió y a la que le pidió darle lo poco que ella tenía y a fiarse de Dios. Al hacerlo, aquello poco se multiplicó, no se acabó harina y el aceite. Su entrega logró el milagro de la plenitud.
Comentando el Evangelio señaló cómo Jesús desmonta la fe de quienes caminan en lo externo, en la demagogia religiosa. “Hablan de Dios pero no conocen a Dios”, subrayó refiriéndose a los fariseos. En contraste, el Evangelio presentaba a la viuda pobre que puso dos reales en el arca de las ofrendas del templo. Al dar de lo que le hacía falta se dio a si misma, explicó. Su moneda no hizo ruido en la alcancía. Lo que dio no fue cantidad, sino plenitud.

El rector de la Catedral P. Francisco Expósito había presentado al Obispo holguinero a la comunidad al inicio de la celebración, recordando que habían sido compañeros en la secundaria, y en la catequesis. Habló de su trayectoria como sacerdote jesuita y como profesor del seminario hasta su ordenación episcopal como Auxiliar de La Arquidiócesis de La Habana y Secretario de la Conferencia de Obispos Cubanos. Le agradeció su visita reiterándole que volviera.
Fueron muchos los que se acercaron a saludar a Mons. Juan de Dios alfinal de la celebración, a darle un abrazo, gente conocida y gente nueva. A todos les saludaba y a muchos les bendecía. Él mismo había dicho en su saludo: “No les conozco a todos. Esto quiere decir que Dios está obrando y permanece en la vida de este pueblo”. (A. Cantero).
HOLGUÍN CATÓLICO