El Obispo de Holguín dio inicio a un Año de Gratitud por el 40 aniversario de la creación de la Diócesis
HOLGUÍN, Cuba.-Un profundo silencio invadió la zona en la base de la escalinata de la Loma de la Cruz en donde varios centenares de católicos se habían congregado para iniciar la procesión con la imagen de la Virgen de la Caridad por las calles holguineras.
“Este silencio no es fruto de la disciplina, sino del fervor, de la piedad, de la devoción… Sentimos que el Espíritu está en nosotros y nos pacifica…”, comentó el Obispo que presidió la Misa, antes de la procesión, en la festividad de la Patrona de Cuba.
Con Mons. Emilio Aranguren Echeverría estaba el P. Francisco Expósito, párroco de la Catedral, el P. Marcos Piran, párroco de San José, y grupos de las comunidades y parroquias de la ciudad.
En sus palabras, el Obispo agradeció la presencia de creyentes y no creyentes que con su servicio “al bien común de nuestro pueblo, cuidan el orden, ofrecen sus equipos de audio o toman fotografías”.
Levantando en alto el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano, se refirió a un artículo en su segunda página, con fotografía de la Virgen de la Caridad y un titular que decía: La virgen mambisa, la petición de los veteranos y la identidad cubana. En él, se narraba la historia del hallazgo de la Imagen y su Santuario, así como la petición de los veteranos de las guerras patrias pidiéndole al Papa Benedicto XV que la declarase Patrona de Cuba y su coronación por Juan Pablo II en 1998.

El autor afirmaba que “la representación de la Virgen ha desbordado el ámbito religioso para instituirse en parte de la identidad cubana, y su imagen es plasmada en el arte y la literatura.
“A María, decía el escrito”, la honraron con su fe e inteligencia creadora compatriotas de la estatura colosal de José Martí, del Padre Félix Varela, del Padre Esteban Salas… Y seguía nombrando once figuras más con nombre y apellido.

Apartándose del texto que llevaba escrito, el Obispo comentó: “esto es, quizás, una expresión de la rectificación de errores” y afirmó que era bueno “que se haga este reconocimiento que, a su vez, avala el sacrificio y la presencia de tantos peregrinos que van al Santuario de El Cobre, como la casa de todos, porque es allí donde está y se venera la imagen de la Madre!”
Mons. Aranguren compartió sobre su celebración, al amanecer del mismo día, en Manatí, al conmemorarse 10 años del paso del huracán Ike que arrasó la zona costera de la Diócesis, destruyendo el templo de madera y muchos hogares y edificios públicos.
Como había hecho en su mensaje radial, emitido por las emisoras provinciales de Holguín y Las Tunas, invitó a todos a realizar un ejercicio espiritual a lo largo del Año de Gratitud que se iniciaba por el 40 aniversario de la creación de la Diócesis en 1979. El ejercicio de aprender, como María, a leer la historia a partir de la fe y a no dejarse llevar “tan solo por la mirada y sabiduría de los hombres”. Aprender a descubrir la presencia y la mano de Dios en las personas y en los acontecimientos y a “caminar a la luz del Señor”.

El buen servicio de audio permitió a centenares de personas, sentadas sobre las gradas, seguir la predicación del Obispo, toda la Eucaristía y la animación durante la procesión. La bandera del Vaticano y la bandera de Cuba ondeaban a ambos lados del improvisado altar, sostenidas por dos monaguillos. Sobre un carro azul habilitado para la ocasión, descansaba la Imagen de la Virgen que atraía las miradas y era fotografiada por muchos de los allí presentes. El Obispo animó a estas personas a llevar esa imagen a sus casas para que la besaran los familiares que no habían podido asistir. “Yo beso la fotografía de mi madre”, compartió.
Terminada la Misa, Mons. Aranguren hizo la apertura de un “Año de Gratitud por el 40º aniversario de la creación de nuestra Diócesis. Que lo que Dios está iniciando, Él mismo sea quien lo lleve a feliz término,” concluyó. Allí mismo se inició la procesión. La multitud rodeaba el automóvil con la imagen y se prolongaba por varias cuadras. Por los altavoces se proclamaban lecturas y canciones que todos cantaban. Muchos vecinos se fueron uniendo a lo largo del recorrido por calles y plazas durante más de una hora de camino hasta llegar a la S.I. Catedral de San Isidoro en donde la bendita imagen fue venerada por los fieles hasta entrada la noche.

También en las comunidades se realizaron procesiones y celebraciones. “En San Andrés ha sido apoteósico”, aportó el párroco, Padre Frank Lugones.
“Hemos tenido procesiones en muchas parroquias de la Provincia, explicó el Vicario de Las Tunas, P. Ángel Andrés González, incluso en los dos municipios que no son de la Diócesis. En la ciudad se hace una sola procesión para todos que recorre el Centro Histórico. “Llevábamos tres años sin poder hacerlo por la lluvia o amenaza de ciclón”, explicó el Vicario. “La gente tenia muchas ganas y el templo estaba repleto con muchas personas de pie”. La calle principal estaba cerrada por la tradicional ‘Noche Tunera, pero se había coordinado con las autoridades que, al paso de la procesión, se guardara silencio hasta las 8 de la noche

En Banes, cada día de la novena se había trasladado una imagen a los barrios para quedarse hasta el día siguiente.
En Fray Benito y Santa Lucía se llevó la imagen en su urna a los campos. “Aunque el aviso no llegó a todos los lugares, se presentaron las personas”, explico la Hna. Rosario Rodríguez, religiosa mercedaria quien constató que a las celebraciones al atardecer, acudía más gente.

“Hemos visto gente nueva, gente joven” dijo la misionera mexicana. Y mientras ella observaba las expresiones de devoción, ella misma le rezaba a la Patrona de Cuba: “Virgencita, sé tú nuestra maestra. Enséñanos a acompañar la fe de este pueblo cubano”.
HOLGUÍN CATÓLICO