Mensaje de Mons. Aranguren a las comunidades con motivo del accidente aéreo La Habana-Holguín
HOLGUÍN, Cuba.- Ante el accidente aéreo que ha ocasionado un centenar de víctimas, más de la mitad de ellas de la Provincia de Holguín y Las Tunas, el Obispo de esta zona, Mons. Emilio Aranguren Echeverría ha expresado que “es momento de orar y hacerlo con fe y de hablar más con gestos, que con palabras”.
En un mensaje a las comunidades de la Diócesis de Holguín ha expresado, con palabras del Concilio Vaticano II, que “el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y afligidos, son también gozo y esperanza, tristeza y angustia de los discípulos de Cristo y no hay nada verdaderamente humano que no tenga resonancia en su corazón”.
Mons Aranguren ha compartido con sus fieles el acontecer de las horas inmediatas a la noticia sobre el accidente y ha agradecido las muchas llamadas telefónicas desde de diferentes provincias e, incluso, desde el exterior del país, “para saber de nosotros porque habían escuchado la noticia de la caída del avión que hacía el vuelo de La Habana a Holguín”.
El Obispo se trasladó de inmediato al aeropuerto para acompañar a familiares y amigos que estarían esperando a los viajeros que no llegaron y conversar con amistades que proyectaban viajar hacia La Habana en el retorno del avión accidentado. Ya en el obispado oró en la capilla “por las víctimas del accidente, por quienes estarían en ese momento afrontando la realidad de lo que ello supone”.
Su mensaje recoge las expresiones de dolor escuchadas en boca de familiares y vecinos que le hablaron sobre “el hijo del doctor que viajaba con la esposa y la niña”, “la bailarina que vivía frente a mi casa y se estaba mudando para La Habana”, “el hijo de la viejita de Báguanos que cumple 107 años este fin de semana”, “la hija de la que vive frente a mi hermano que venía con el esposo”,…

Junto a los sentimientos de vecindad, amistad y familiaridad, expresa el Obispo que tuvo el sentimiento ecuménico, al confirmarse la muerte de un grupo de miembros de la Iglesia “Nazareno” ubicada en el Reparto Vista Alegre, de Holguín y de uno o varios pastores que regresaban de un encuentro.
Un día después, poco antes de escribir su mensaje, Mons. Aranguren presidió una Misa, en la parroquia de Delicias al celebrarse el Pentecostés de Adolescentes. Esto le dio pie para comentar que “para quien no tiene fe, con la muerte todo se acaba; para quienes tenemos fe en Jesús Resucitado, la vida no se termina, sino que se transforma, tal como rezamos en la Misa de Difuntos”.
Al final de la Misa con los jóvenes se repartieron 110 flores que se habían caído de los árboles del jardín exterior, en recuerdo de las 110 víctimas. Cada participante recibió una flor -incluyendo las religiosas mexicanas presentes- y, poco a poco, fueron acercándose al altar para ponerlas sobre él a modo de mantel para, posteriormente, colocar la custodia con la hostia consagrada y dar la bendición con el Santísimo Sacramento. Para el Obispo esto fue una manera de compartir “la tristeza y angustia” de tantas familias adoloridas.
En su escrito, Mons. Aranguren se une a la petición de los Obispos de Cuba, invitando a los sacerdotes y comunidades “a ofrecer la Santa Misa por el eterno descanso de los fallecidos y por el consuelo que necesitan sus seres queridos”.

Su invitación es también para que los fieles participen en una Misa que tendrá lugar en la S.I. Catedral de San Isidoro, el próximo martes 22 a las 8.00 pm, “en la que nos uniremos, como Santo Pueblo Fiel de Dios, a tantas personas de buen corazón y sentimientos nobles que experimentan un sincero dolor en sus corazones por lo que ha sucedido”
A las 7.30 pm se iniciará el rezo de el Santo Rosario invocando la intercesión maternal de María, “la que estuvo junto a la cruz de Jesús” (cf. Jn. 19,25) para que no le haya faltado a los fallecidos su protección ‘a la hora de la muerte’, como se reza en el Ave María. El Obispo, expresa su gratitud “a cuantos han enviado su mensaje de cercanía y amistad, sintiéndose parte del Pueblo de Dios -la Iglesia- en medio del pueblo holguinero.
HOLGUÍN CATÓLICO
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