En las Romerías de Mayo la comunidad católica enriquece las tradiciones holguineras
HOLGUÍN, Cuba.- Aunque no estaba en el programa oficial de las Romerías de Mayo 2018, la comunidad católica holguinera no faltó a está cita con la cultura y las tradiciones, como ha hecho durante dos décadas y en sus orígenes.
En la Catedral de San Isidoro y en el Centro San Arnoldo Janssen y la Biblioteca Diocesana se celebraron varios actos que manifestaron el vínculo de la fe con la cultura, rememorando ante el público los orígenes de los Altares de Cruz, el interés de los holguineros por el arte religioso y los aportes del Maestro Cosme Proenza al proyecto de embellecimiento de la Catedral de San Isidoro.
Al toque de campanas, muchos holguineros se dieron cita en la Catedral el 3 de mayo, en donde desde el micrófono se recordaba lo ocurrido el mismo día de 1790, cuando, portando una rústica cruz de madera sobre los hombros el fraile franciscano Antonio Alegría subió el Cerro de Bayado en donde plantó la cruz, hecho que dio lugar al nombre de Loma de la Cruz con el que hoy se conoce este cerro.

Aquel gesto “dio lugar con el tiempo a fiesta de risas y rezos sobre lo alto de la montaña donde se encontraba la Cruz” explicó una narradora dentro del templo. La peregrinación se iniciaba al alba por la hoy conocida como calle Libertad hasta la Ermita del Cerro, en donde se celebraba una Misa. Este acto principalmente religioso, con los años pasó a ser profano, con verbenas, peleas de gallo y ventorrillos al pie de la Loma en donde se vendía comida, la bebida típica: aguajola y chicha, rayado, sambubia, aguardiente ron y cerveza.
Al amanecer, en muchas casas, se hacía la apertura de los Altares de Cruz, sobre una gradería en un ángulo de la sala. Se vestía de pañuelos blancos rizados y se adornaba con arcos con cujes finos desde el suelo, macetas de maíz, jarrones con flores, abanicos cirios y joyas de las mujeres, así como Rosarios que colgaban de los brazos de la Cruz.

Esta costumbre se fue perdiendo hasta que en 1993 el Grupo de Mujeres de La Catedral de San Isidoro de La Ciudad de Holguín, volvió a celebrar esta tradición en uno de los atrios del templo. Desde entonces lo ha seguido haciendo y con ello esta tradición ha vuelto a cobrar vida den la Provincia, en el contexto de las Romerías de Mayo.
En la Catedral, mientras desde el micrófono del templo, María Elena González Otero, Ana Gloria Alonso y Nilda Velázquez Paneque iban hilando la narración con los datos de la historia, Luis Ángel Pichardo Ortiz, revestido con los hábitos de fraile franciscano, se acercó al presbiterio con una gran cruz sobre los hombros, hasta desaparecer por detrás de una inmensa figura humana que, a modo de ángel plateado, presidía la escena, suspendido en el aire sin aparente soporte alguno, gracias al arte y a la técnica del grupo de performance “Saucé”. Allí permaneció durante todo el acto, inmutable, ante el asombro del público que no podía explicarse cómo se había logrado tal efecto.

“Buenas noches, hermanos y hermanas”, saludó una de las narradoras. “Una vez más nos disponemos a realizar la Fiesta del Altar de Cruz, con el deseo de mantener viva esta tradición”. Siguió explicando cómo la Cruz es símbolo de la redención, y pidió que “sea como lo fue ayer y lo será mañana, nuestra fortaleza, refugio y salvación”.
Con sus palabras se acercaron en procesión integrantes del Grupo de Mujeres de la Catedral con candelabros, búcaros de flores, collares y rosarios y niñas de la catequesis con abanicos. Delante iba María Milla con la Cruz en alto. Todo ello para adornar el Altar de Cruz que se había situado en el centro del pasillo central.

A continuación hizo su entrada, entre aplausos y música cubana, la Madrina, Maruchi Hernández Reinosa que fue recibida por el joven Ismael Antonio Bernal González quien le besó la mano y le entregó una flor. Los dos se sentaron a un lado del Altar de Cruz para presidir los actos religiosos de canciones y poesías a la Cruz.
Terminado este primer momento los fieles se acercaron a besar la Cruz mientras se escuchaban los versos de José Martí hechos canción: En la Cruz murió el hombre un día”.
El tono religioso de la celebración se tornó festivo y diicharachero, animado por grupos diversos: El grupo de narración oral “Palabras al Viento”, hizo reír con un cuento de bueyes y mulos. El Ballet Español de Mónica interpretó un original bolero de Ravel. Marilyn Aldama interpretó un solo sobre La Vía Dolorosa y cantó con el grupo vocal Golden Voices. También participó un coro de niños y gente muy joven, interpretando un aleluia en inglés y, al violín, el Ave María.

La fiesta en la Catedral terminó con un brindis de dulces y agualoja y los acordes de un piano. Afuera en el Parque, continuaba la fiesta que se extendió por toda la ciudad hasta el 8 de mayo, con actuaciones en la que participaron escritores, artistas y promotores culturales en lo que se considera evento cultural de mayor convocatoria de la Asociación Hermanos Saiz en la provincia de Holguín.
El teatro callejero y la danza llenaron las calles con más de seis funciones diarias y la participación de grupos nacionales e internacionales.
HOLGUÍN CATÓLICO