El Obispo de Holguín a los sacerdotes en la Misa Crismal
HOLGUÍN, Cuba.- Durante la celebración de la Misa Crismal en Holguín, el Obispo hizo un llamado a la unidad, a cuidar la vida de santidad y de la gracia, que se fortalece con los sacramentos y pidió oraciones por los jóvenes y por él mismo.
Como es tradición en toda la Iglesia, los fieles con sus sacerdotes y diáconos se unieron Mons. Emilio Aranguren Echeverría para celebrar la Eucaristía durante la que se consagran los santo óleos que durante el año se usarán en la celebración de los sacramentos.
El solemne rito del sábado 24 de marzo, un día antes de iniciarse la Semana Santa, fue también ocasión para que los sacerdotes renovaran sus compromisos delante del Obispo y de los representantes de la comunidades de toda la Diócesis allí presentes.
Anteriormente Mons. Aranguren también había invitado a todos los bautizados a renovar sus promesas bautismales, porque según explicó, el Bautismo es la promesa fundamental sobre la que se fundamentan todas las demás. El mismo programa de la Misa así lo explicaba.
El Obispo señaló que la celebración tenía lugar en fechas que recuerdan a Santo Toribio de Mogrovejo, quien con 42 años fue Arzobispo de Lima que, entonces abarcaba a Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y parte de Argentina y hoy es Patrono del episcopado latinoamericano.
Recordó que se cumplían 38 años del martirio del Beato (próximamente ya Santo) Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador asesinado por su opción preferencial por los pobres.
Y pidió: “recen por mí, por favor, y pidan la intercesión de estos dos grandes santos pastores tan cercanos a nosotros y a nuestra realidad histórica, cultural y religiosa”.
Católicos de todas las comunidades llenaron la santa Iglesia Catedral de San Isidoro, situada en centro de la ciudad. El Obispo, los sacerdotes, diáconos y monaguillos, precedidos por el estandarte de la cruz sorprendieron a los viandantes, al bordear la esquina del Parque Julio Grave de Peralta revestidos de blanco, hasta hacer su entrada en la Catedral por la puerta principal del templo.
En sus palabras, Mons. Aranguren hizo un recuento del clero diocesano, un total de seis diáconos y 34 sacerdotes y dio la bienvenida a seis de ellos, nuevos misioneros ‘ad gentes’, que por primera vez participaban en este rito en la Diócesis.
El Obispo realizó el rito de bendición del aceite con el que, durante el año, los sacerdotes ungen a los catecúmenos y a los enfermos y también consagró el Santo Crisma.
Para ello, mezcló el aceite de oliva con bálsamo, para darle una fragancia que lo identifica de los dos restantes. Inclinándose sobre el ánfora, exhaló el aliento -tal como se había escuchado en la primera lectura que hizo Dios Creador, al dar vida a Adán y Eva.
Después, rezó la oración de consagración de el aceite unido a los presbíteros e invitando la acción del Espíritu Santo.
Anteriormente, durante la homilía Mons. Aranguren recordó que en este año, en el mes de octubre se celebrará el Sínodo de Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional,
“Oremos de manera especial por la juventud cubana -principalmente por cuantos participan en la pastoral juvenil-” dijo el Obispo. Pidió a todos rezar para que “un buen número de ellos y ellas, además de vivir con firmeza su identidad discipular cristiana, tengan la confianza y generosidad de preguntarle a Jesús: “Señor, ¿qué quieres de mí?”.
HOLGUÍN CATÓLICO