En el Encuentro Nacional de Laicos en El Cobre
EL COBRE, Santiago de Cuba.- En sus palabras de apertura del Encuentro Nacional de Laicos, celebrado en El Cobre del 17 al 21 de febrero, el Obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren Echeverría recordó a los delegados la invitación que el Papa Francisco hiciera durante su encuentro con los jóvenes en la Habana.
A quienes participaban en este encuentro nacional que retomaba las antiguas reuniones “Interdiocesanas de laicos”, celebradas en Cuba hasta principios delos años 90, el Obispo les pidió, con palabras del Papa Francisco: capacidad de soñar, tener corazones y mentes abiertas, buscar el bien común y la amistad social, testimoniar una esperanza convocadora y ser capaces de propiciar y participar en una cultura del encuentro. Todo ello sustentado en la fe en Cristo.

Sus palabras no han caído en saco roto. A lo largo de cuatro días, los 103 participantes en el encuentro han trabajado sobre cinco categorías sociales: Economía-trabajo, política ciudadana, aspectos socioculturales, aspectos ambientales, familia-educación, y cinco categorías de Iglesia: primer anuncio, vida comunitaria, acción caritativa-promocional, presencia de la Iglesia en la sociedad y realidad pastoral. Primero miraron a la realidad de la sociedad y de la Iglesia y después se pusieron a soñar sobre la sociedad y la Iglesia que quieren construir.
El resultado final ha sido un documento que han titulado “El decálogo del laico católico en Cuba”: 10 claves para vivir el seguimiento discipular de Jesús bajo el amparo de la Virgen María”.

Para el Obispo que preside la Comisión Nacional de Laicos de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, en este documento, no ha intervenido ninguna mano técnica. Todo es fruto del trabajo de los grupos y de las votaciones en plenario”. El decálogo, dibuja el perfil que quieren reflejar.
Quieren ser laicos que han hecho la experiencia personal de Jesús, que aman apasionadamente a la Iglesia y a Cuba, conscientes de su vocación laical, preocupados por su formación permanente, misericordiosos, que contagian alegría y esperanza. Quieren además ser sensibles a la realidad social, política, económica y eclesial con espíritu profético, vivir con sentido de pertenencia a la comunidad eclesial, comprometidos con el cuidado de la vida humana y del medio ambiente y capaces de dar un testimonio de vida coherente.

Estos enunciados breves van acompañados de un comentario más detallado y servirán de contraste para la vida de cada uno y para los programas que se elaboren en las diócesis.
Este encuentro ha tenido lugar en el 30 aniversario de otro encuentro que marcó un antes y un después en la vida de la Iglesia cubana. Lo recordó Mons. Aranguren en sus palabras. Él mismo, ya joven sacerdote, había participado activamente en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano de 1986 (ENEC) y en su preparación: Cinco años de Reflexión Eclesial Cubana (REC) en comunidades y parroquias después de 25 años bajo un sistema de gobierno de corte socialista ateizante. Esta reflexión desembocó en un documento de trabajo que fue estudiado y enriquecido con los aportes de los 181 delegados de las 7 diócesis que entonces tenía Cuba.
Para el Obispo, 1986 marcó el inicio de una nueva etapa vivida como iglesia encarnada, orante y misionera en el testimonio de los católicos
Mons. Aranguren piensa que ahora la Iglesia en Cuba vive otro momento. “La misión no se circunscribe al testimonio sino que ha de ir mas allá, a la transformación de la sociedad”, y a los laicos les corresponde “incentivar su vocación en medio del mundo: familia, trabajo, estudio, profesión, investigación…”, por lo que se hace necesario que la iglesia prepare a los laicos y los acompañe para que puedan vivir su vocación especifica en el mundo.

El Encuentro, fue convocado con la intención de revitalizar a la nueva generación del laicado cubano con más corta andadura eclesial. Su programa ha permitido el intercambio entre varias generaciones de católicos y escuchar el testimonio de personas formadas en la antigua Acción Católica y de generaciones posteriores. Junto al decálogo los participantes han acordado líneas prioritarias que orienten la labor de la Comisión Nacional.
Además de las sesiones de trabajo,los participantes peregrinaron al Santuario de Ntra. Señora de la Caridad, tuvieron un encuentro con la Historia, enel Mausoleo de José Martí, ante la tumba del Arz. de Santiago de Cuba, Mons. PedroMeurice Estiú y escucharon el testimonio del maestro del Ron Cubano, Jose Pablo Navarro, quien participó en el ENEC y les invitó a transparentar a Cristo en el mundo. Los delegados plantaron un árbol frutal como simbolo de los frutos que producirá este encuentro.
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Araceli Cantero Guibert, En El Cobre
Me da mucho gusto saber que el Papa Francisco dejó un buen legado en su paso por cuba y que se está trabajando en los temas, Aquí en México también nos dejó Grandes Mensajes y Ejemplos nuestros jóvenes están muy inspirados y sinceramente espero que las autoridades también participen de la acción por un Mundo Mejor para todos.