BARIAY: ENCUENTRO DE CULTURAS Y SEMILLA DE FE

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HOLGUÍN, Cuba.- La vida de quien habita una isla está marcada por lo que el escritor cubano Virgilio Piñera describía como la maldita circunstancia del agua por todas partes. Esta circunstancia hace del isleño alguien diferente de quien reside en tierras continentales. La insularidad para algunos puede ser una maldición, para otros es sinónimo de oportunidades y bendiciones pero lo cierto es que la vida del isleño siempre estará condicionada por la presencia del mar en todos los puntos cardinales de su geografía.

La historia de Cuba y de su Iglesia sería totalmente diferente sin el mar en acontecimientos de marcada importancia para su identidad. La Diócesis de Holguín ha sido bendecida entre otras cosas, por dos hechos que le hacen un lugar privilegiado en el panorama histórico de la nación. Por las aguas de Bariay en su litoral norte llegó al continente la cruz de la evangelización en 1492 y en 1612 en la Bahía de Nipe fue hallada la imagen de la Virgen de la Caridad, madre y Patrona de Cuba.

Quien llega por primera vez a las inmediaciones de Cayo Bariay ha de tomar conciencia de que por ese lugar, la llegada del genovés Cristóbal Colón, al frente de tres embarcaciones: Niña, Pinta y Santa María y al mando de alrededor de 90 hombres, dio lugar a un encuentro de culturas y con este encuentro también se produjo la llegada del cristianismo a América.

Encuentro de culturas simbolizado en Bariay, Cuba
Encuentro de culturas en Bariay, Cuba

La flota descubridora más trascendental de la historia había salido del puerto de Palos de Moguer, en Cadiz, España, el 2 de agosto de 1492. Su objetivo era llegar a las Indias navegando hacia occidente. Esta propuesta se había presentado a los reyes de Portugal quienes la rechazaron. En 1492 los Reyes Católicos Fernando e Isabel aprueban y financian el proyecto colombino que culmina con el encuentro entre dos mundos, hasta el momento desconocidos entre sí.

Luego de tres meses de travesía y en medio del malestar por parte de la tripulación al haber sobrepasado 800 leguas, acordaron navegar tres días más y al cabo de ese tiempo si no encontraban tierra regresarían. No hizo falta, en la noche del 11 al 12 de octubre el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado: “¡tierra!”.

Colón llegó a las costas de Cuba procedente de las Bahamas en la noche del 27 de octubre de 1492. En la mañana del día siguiente desembarcó en la Bahía de Bariay, en la costa norte de la actual provincia de Holguín. El Almirante describió a los aborígenes cubanos, así como sus costumbres. Igualmente reportó numerosos accidentes naturales, como ríos, puertos, montañas.

Uno de los aspectos que más le impresionó fue la riqueza de la flora y la fauna cubana, tan diferente a la conocida por él en sus viajes anteriores por Europa y algunas regiones de África. Cada una de sus impresiones fueron recogidas en el Diario de Navegación que es el primer testimonio acerca de los habitantes y naturaleza de las tierras americanas a la llegada de los europeos.

Bariay se encuentra ubicado en el municipio Rafael Freyre, aproximadamente a 37 km de la ciudad de Holguín. Su nombre se debe a un vocablo indígena que repetían constantemente los habitantes de la zona a la llegada de los conquistadores. Cayo Bariay se encuentra en la bahía del mismo nombre, nombrada por Colón Puerto de San Salvador. Al contemplar esta zona Colón dijo que era: la tierra más hermosa que ojos humanos hubieran visto.

Bariay: símbolos del encuentro de culturas

Identificar el lugar preciso fue motivo de polémicas durante mucho tiempo. Gibara, Baracoa, Puerto Padre, Manatí y Nuevitas fueron algunos de los sitios por donde se suponía había desembarcado el genovés. Pero tras minuciosas investigaciones históricas se llegó a la conclusión de que fue ésta la bahía. El descubrimiento y estudio del conjunto arqueológico Bariay (la aldea y tres paraderos) arrojaron más luz en la confirmación del lugar. Científicos de todo el mundo concuerdan con que Bariay es el Puerto de San Salvador, aunque el nombre dado por sus primeros habitantes ha prevalecido para la historia.

El encuentro de las dos culturas es rememorado allí con un monumento conmemorativo erigido en el año 1992, con motivo del 500 aniversario de aquel extraordinario acontecimiento. Cada año durante la Fiesta de la Cultura Iberoamericana se dan cita en este lugar artistas provenientes de diversas partes del mundo para conmemorar dicho acontecimiento.

Manuel Alejandro Rodríguez Yong
Equipo de Comunicadores, Diócesis de Holguín

 

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