PRESTON-GUATEMALA, Cuba.- En el día de la fiesta de Santa Teresa de Jesús, sus letrillas sobre “la paciencia que todo lo alcanza” resonaron, con ritmo cubano, desde la pequeña Casa de Misión que bordea la Bahía de Nipe, en la zona de Preston – Guatemala, al norte de la Provincia de Holguín.

Con energía y al son de una guitarra, el coro logró que todos batieran palmas y se unieran a la tonada fácil de cantar.
“Nada te turbe nada te espante… todos se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta”.
Cada año los religiosos del Verbo Divino que misionan en esta zona oriental de Cuba, celebran una Eucaristía y a veces la preside el obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren Echeverría. En 2013, un gran cartel recordaba que Santa Teresa es la patrona de la comunidad de Preston y una imagen suya, de gran tamaño, contemplaba la escena desde su pedestal y seguramente que también desde el cielo.

A la celebración acudieron más de un centenar de personas de las comunidades católicas cercanas de Cosme Batey, Guaro y Guanina. Cuando, cerca de las 5 de la tarde llegó un camión lleno de gente, hubo muchos abrazos y saludos.
La parroquia de Santa Teresa de Jesús fue erigida en el año 1919, con territorio segregado de la antigua Parroquia de Mayarí (1793). A principios del siglo XX, la zona de Guatemala fue parte del movimiento obrero del antiguo Central Preston (1935) que concluyó en 1958 con el asalto a Guanina. El Central formó parte de la empresa azucarera United Fruit Company y, a petición de la administración del Central, contó con la presencia estable de un sacerdote para las comunidades de Cosme Batey y Guaro. Después, hubo un colegio católico a cargo de las Religiosas Mercedarias del Santísimo Sacramento, de origen mexicano.
Treinta años después, en 1989, los Misioneros del Verbo Divino se establecieron en Mayarí con presencia más estable en Preston, pero en 1999 un inesperado fuego arrasó con el templo parroquial construido en madera, y la comunidad se refugió en una casa adquirida por Mons. Héctor Peña Gómez, Obispo de Holguín. Custodiando la casa quedó Juana Muguercia, quien con más de 90 años es referente obligado para conocer la historia de la Iglesia en el pueblo.
En el siglo XXI la zona ha sufrido la paulatina demolición del central azucarero, la desaparición de los dos muelles, la afectación de las viviendas y, finalmente, el paso de dos huracanes: Ike el 8 de septiembre del 2008 y Sandy el 24 de octubre de 2012. A pesar de todo esto la comunidad católica mantiene la esperanza, alentada por la vivencia de las letrillas escritas por su Santa Patrona.
Cada año en el día de su fiesta, el 15 de octubre, la brisa de la Bahía ayuda a atenuar el calor de la jornada y todo se desarrolla con orden y entusiasmo. Pero en 2013 se oscurecieron las nubes y empezó a caer la lluvia torrencialmente. Ni el ruido de los truenos, ni los amenazantes relámpagos, lograron dispersar al grupo que se fue apretando bajo el tejadillo de zinc por el que también se colaba la lluvia.
Subido en uno de los bancos, para hacerse oir mejor, el Obispo durante la homilía se refirió a las letrillas que se habían cantado.
“¿Qué necesita tener una persona para que nada le falte?,” preguntó el Obispo, al tiempo que pedía que de nuevo se cantaran las coplas. Aludiendo a ellas preguntó: “ ¿Cómo nosotros podemos tener a Dios… si Dios es el que nos tiene a nosotros?”. El mismo ofreció la respuesta.
“Si yo estoy en Dios, Dios está en mi. Si Dios esta en mi, yo estoy en Él”. Y para tener a Dios, siguió diciendo, “tenemos que estar en Dios y comportarnos como Dios nos ha enseñado a lo largo de la Sagrada Escritura y de Jesucristo que es su Palabra”.
La lluvia arreció durante toda la homilía aunque amainó después, mientras se continuaba la Misa. Hubo peticiones muy sentidas y en las ofrendas presentaron una larga lista de enfermos y, un año mas, con paciencia: un ladrillo, expresión del deseo de tener un templo ya que en 1999 se quemó totalmente.
Los sacerdotes recordaron a Juana, Nani y Pombo, que no pudieron acudir y el padre Remigio, hizo presentes a las comunidades de Levisa, Felton y Nicaro. Daisy Cornide recitó una poesía de Santa Teresa acompañada por el coro que repetía el refrán: Vivo sin vivir en mi y tal alta vida espero que muero porque no muero”, y todos concluyeron cantando el himno de su Patrona, Santa Teresa de Jesús. (Texto y fotos Araceli Cantero Guibert)